Entrevista:MARCOS VEGA | 'Número uno' de la Embajada española en Irak

"La vida cotidiana se ha deteriorado para los iraquíes"

Marcos Vega, asturiano de 41 años, no sólo es el nuevo encargado de Negocios y máximo responsable diplomático español en Irak, sino también el jefe de una pequeña comunidad formada por empleados de la Embajada, geos y agentes secretos con quienes comparte su residencia oficial, una casa de dos plantas rodeada por muros de hormigón, sacos terreros y alambradas. "Durante un tiempo vamos a tener que vivir y trabajar juntos. Se pierde comodidad e intimidad, pero la seguridad es prioritaria".

Pregunta. ¿Se puede hacer diplomacia en una fortaleza?

Respuesta. La muralla es...

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Marcos Vega, asturiano de 41 años, no sólo es el nuevo encargado de Negocios y máximo responsable diplomático español en Irak, sino también el jefe de una pequeña comunidad formada por empleados de la Embajada, geos y agentes secretos con quienes comparte su residencia oficial, una casa de dos plantas rodeada por muros de hormigón, sacos terreros y alambradas. "Durante un tiempo vamos a tener que vivir y trabajar juntos. Se pierde comodidad e intimidad, pero la seguridad es prioritaria".

Pregunta. ¿Se puede hacer diplomacia en una fortaleza?

Respuesta. La muralla está para protegernos, no para encerrarnos. Todos los días salgo. Hoy [por ayer] he estado en una misa por los siete miembros del CNI asesinados.

P. ¿Cómo avanza la investigación del caso?

R. No estoy al corriente de los detalles, pero estoy seguro de que llegará hasta el fondo.

P. Se ha barajado la posibilidad de una delación. Si hay un traidor, habría que empezar a buscar por la propia Embajada.

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R. Son hipótesis. Hemos tomado las máximas medidas de seguridad, tanto físicas como personales, y estoy absolutamente tranquilo al respecto.

P. ¿Cuándo funcionará la Embajada con normalidad?

R. Ya estamos funcionando con toda la normalidad

[un gesto con los dedos pone comillas a la palabra] posible en estas circunstancias. Lo importante no es cuánta gente haya aquí sino que los que haya tengan las condiciones mínimas para su trabajo. Esperamos inaugurar antes de fin de año el nuevo edificio de la Embajada y, a partir de ahí, se irán incorporando los que faltan.

P. ¿Se han esfumado las grandes oportunidades de negocio en Irak que se aventuraban para las empresas españolas?

R. Las hay y las habrá. Pero la posibilidad de trabajar en el ámbito económico está muy ligada a la mejora de la seguridad.

P. ¿Anima a los empresarios españoles a que vengan?

R. Les animo a trabajar. Venir aquí... no hace falta que haya una avalancha de españoles. Podemos empezar de otra manera.

P. Usted ya estuvo en Irak, como secretario de la Embajada, entre 1989 y 1991. ¿Qué diferencias ha encontrado?

R. Vivir en Irak siempre fue difícil, pero ahora es muy duro.

P. Especialmente para los iraquíes.

R. Qué duda cabe. Para la mayoría de la población es duro levantarse sin luz, agua, ni teléfono y con miedo, porque no sólo hay terrorismo, sino también delincuencia. Regímenes como el de Sadam tienen todo bajo control, incluida la criminalidad. La vida cotidiana se ha deteriorado para los iraquíes.

P. Los iraquíes están perdiendo la paciencia con la coalición.

R. Espero que no. El pueblo tuvo que sentir alivio cuando cayó el régimen de Sadam. Aunque es cierto que esa sensación dura sólo cierto tiempo y es más difícil administrar la paz que ganar la guerra. La paciencia de la gente tiene un límite, pero yo creo que aún están expectantes. Han sufrido tanto que es difícil imaginar que el futuro pueda ser peor. Y no debe serlo en ningún caso.

P. EE UU ha actuado con cierta arrogancia al imponer sus esquemas.

R. Siempre existe ese riesgo. Hay que tener mucho respeto por Irak, que es un país muy serio, con gente muy formada. La intervención de la coalición abre una situación nueva para la que es difícil estar preparado. Siempre se cometen errores, pero es fácil decirlo a posteriori.

P. España se queda sin puestos relevantes en la Administración de Irak.

R. Se marcha el teniente general [Luis] Feliú y su puesto se amortiza, pero no doy el caso por cerrado. Hay que buscar sucesor e intentar colocar gente de cierto nivel, porque el esfuerzo que ha hecho España es grande.

P. ¿El riesgo que corren los soldados españoles en Diwaniya es menor que en Bagdad?

R. La situación en Diwaniya parece mejor, pero hay que tener cuidado en todas las zonas. No hay que fiarse. Aunque la población aprecia su trabajo, no podemos descartar que haya desalmados dispuestos a cualquier cosa.

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