"A veces prestamos demasiada atención a abalorios superficiales"

Ángeles Samtotomás, de 35 años, lleva diez trabajando en Gravina, una academia de enseñanza artística de Huelva, donde ella se formó. Comenzó a mostrar sus fotografías en 2001. Sus instantáneas han estado colgadas en salas de exposiciones del Foro Iberoamericano de La Rábida, en el Museo Vázquez Díaz, de Nerva y en la galería de arte Fernando Serrano, además de la feria de arte contemporáneo Arco. En enero, el Museo Provincial de Huelva acogerá una exposición con sus últimos trabajos titulada Zapatos para las Flores, un proyecto con el que ganó la beca Vázquez Díaz.

Pregunta. En ...

Ángeles Samtotomás, de 35 años, lleva diez trabajando en Gravina, una academia de enseñanza artística de Huelva, donde ella se formó. Comenzó a mostrar sus fotografías en 2001. Sus instantáneas han estado colgadas en salas de exposiciones del Foro Iberoamericano de La Rábida, en el Museo Vázquez Díaz, de Nerva y en la galería de arte Fernando Serrano, además de la feria de arte contemporáneo Arco. En enero, el Museo Provincial de Huelva acogerá una exposición con sus últimos trabajos titulada Zapatos para las Flores, un proyecto con el que ganó la beca Vázquez Díaz.

Pregunta. En Zapatos para las flores aparece su madre. ¿Cuál es el mensaje?

Respuesta. Utilizo a mi madre como figura femenina, pero se muestra no como objetivo sino como objeto, es decir que podría ser cualquier mujer. Me interesa todo lo femenino por el modo en que se trata. Esta muestra desafía el culto a la belleza. Desafío a la moda, a los cánones estéticos que la sociedad nos impone. A veces prestamos demasiada atención a abalorios superficiales y dejamos escapar lo verdaderamente hermoso.

P. ¿En qué medida se puede conseguir eso a través de la fotografía?

R. En una de ellas, por ejemplo, aparecen unos zapatos descubiertos muy elegantes, calzados por unos pies hinchados y llenos de varices. Son unos zapatos de tiras que oprimen esos pies, que además tienen las uñas muy largas, de haberlas dejado crecer a conciencia. De alguna manera eso es el símbolo del abandono y supone una contradicción con el mito de la belleza.

P. Hay una foto en la que aparecen dos adolescentes que dialogan. Uno viene por detrás e intenta levantarle a una chica la falda. Usted ha dicho que esa fotografía refleja el papel de sumisión de la mujer.

R. Al igual que el desafío de la belleza, trato de reflejar cómo la mujer está sometida por su sociedad y también por nosotras mismas. El hecho de que sea el niño quien quiera ver las bragas a la chica, y no al revés, implica una especie de maltrato del que son víctimas muchas mujeres.

P. Si tuviera que hacer una fotografía de la mujer actual. ¿Cómo la haría?

R. Con los ojos muy abiertos y con un huevo en la boca. Aún hay mucho que decir y tenemos muchos tabúes que salvar. Muchos prejuicios. Creo que hemos avanzado parte del camino, pero nos queda mucho por hacer.

P. Le gusta que la llamen más artista que fotógrafa ¿Por qué?

R. Hay muchos tipos de fotógrafos. El periodístico o el de estudio. Yo me dedico al arte. También hago vídeo e instalaciones. Para mí la cámara es simplemente un medio para realizar una obra de arte.