Serrat entusiasma a 15.700 personas en el Sant Jordi con su cara más sinfónica

Con casi media hora de retraso, las primeras notas de un novedoso arreglo de Barcelona i jo rompieron la frialdad del Palau Sant Jordi. La aparición de Serrat -traje negro y camisa blanca- abriéndose paso entre los músicos de la orquesta dejó ya claro que no iba a ser una noche más. Tras ese primer tema, curiosamente no incluido en el disco sinfónico que presentaba, Serrat saludó a su público dándole la bienvenida a la fiesta, una buena definición de lo que estaba a punto de suceder. Una fiesta centrada en esos 40 años de relación entre Serrat y los barceloneses, pero vivida sin, prácti...

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Con casi media hora de retraso, las primeras notas de un novedoso arreglo de Barcelona i jo rompieron la frialdad del Palau Sant Jordi. La aparición de Serrat -traje negro y camisa blanca- abriéndose paso entre los músicos de la orquesta dejó ya claro que no iba a ser una noche más. Tras ese primer tema, curiosamente no incluido en el disco sinfónico que presentaba, Serrat saludó a su público dándole la bienvenida a la fiesta, una buena definición de lo que estaba a punto de suceder. Una fiesta centrada en esos 40 años de relación entre Serrat y los barceloneses, pero vivida sin, prácticamente, el menor signo de nostalgia.

Para esta nueva aventura, Serrat ha materializado el sueño de todo cantautor: ver sus canciones arropadas por una orquesta sinfónica. Joan Albert Amargós fue el encargado de realizar los arreglos que añadieron un punto de excitación y novedad a los viejos temas. El propio Amargós dirigió ayer a una briosa Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya. Canciones de todas las épocas se fueron intercalando en un amplio escenario en tonos blancos y negros resaltado por un gran telón de fondo sobre el que sobresalía ocasionalmente una gigantesca pajarita.

El sobrio y magnífico diseño de escenario se completó con una sonorización de gran altura pese a las enormes dificultades de amplificar una orquesta sinfónica de más de 60 músicos.

Triunfo compartido

Cançó de matinada, interpretada en cuarto lugar, puso ya muy alto el listón y con toda seguridad consiguió que el público que llenaba el local, 15.700 personas según la organización, olvidara las dificultades vividas para llegar al Sant Jordi. La lluvia y la coincidencia con el partido de fútbol del Espanyol en el estadio olímpico originaron embotellamientos y falta de aparcamiento. Todo se olvidó una vez dentro: Serrat volvió a triunfar, esta vez compartiendo méritos con el bloque sinfónico que tenía a sus espaldas y los espectaculares arreglos de Amargós.

En un largo espectáculo dividido en dos partes, el cantante repasó todas las canciones de su último disco, Serrat sinfónico, y añadió otras cinco en catalán no incluidas en él (entre ellas temas como Temps era temps y El meu carrer). Mediterráneo, Cantares y Fa vint anys que dic que fa vint anys que tinc vint anys fueron los temas mejor recibidos de un concierto marcado por la enorme cercanía entre el escenario y las sillas de pista y gradas.

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VICENS GÓMEZ

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