Entrevista:ARANTZAZU AMEZAGA | Escritora e hija de exiliados

"Hay que perdonar, pero no olvidar"

Sus padres, como otros miles de vascos, tuvieron que abandonar Euskadi tras estallar la guerra civil. Después de vivir en varios puntos de España y Francia, viajaron a América. Arantzazu Amezaga nació en 1943 en Buenos Aires. A los ocho meses se trasladó con su familia a Uruguay, donde permaneció hasta 1955. Los dieciséis años siguientes los pasó en Venezuela y de allí regresó al País Vasco. Escritora de profesión y vecina de Alzuza (Navarra), Amezaga participó ayer en el congreso Los hijos del exilio vasco: arraigo o desarraigo, organizado por Hamaika bide elkartea y el Museo de la Paz...

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Sus padres, como otros miles de vascos, tuvieron que abandonar Euskadi tras estallar la guerra civil. Después de vivir en varios puntos de España y Francia, viajaron a América. Arantzazu Amezaga nació en 1943 en Buenos Aires. A los ocho meses se trasladó con su familia a Uruguay, donde permaneció hasta 1955. Los dieciséis años siguientes los pasó en Venezuela y de allí regresó al País Vasco. Escritora de profesión y vecina de Alzuza (Navarra), Amezaga participó ayer en el congreso Los hijos del exilio vasco: arraigo o desarraigo, organizado por Hamaika bide elkartea y el Museo de la Paz de Gernika.

Pregunta. ¿Le resultó difícil adaptarse a la tierra de acogida y a la vez conservar sus raíces?

Respuesta. Resulta complicado, porque a veces es una cuestión de lealtades. En mí ha prevalecido lo vasco, pero cada día recuerdo las vivencias de Uruguay y Venezuela. En América hubiera sido muy feliz también.

P. ¿Cómo le ha marcado la vida ser hija de exiliados vascos?

R. Me ha enriquecido mucho. Creo que me ha hecho muy tolerante. Salí a trabajar a los 17 años, porque en casa no había dinero. Trabajaba de día y estudiaba de noche Biblioteconomía y Archivos. Entonces, maduré antes.

P. ¿Qué piensa al ver que ETA aún defiende unas ideas con las armas?

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R. Rechazo todo lo que sea imposición, armada e ideológica, porque por eso mis padres perdieron la estabilidad en la vida. Estoy convencida de que sólo se llega a cosa buena con la palabra. Si el problema vasco se hubiera podido solucionar con las armas, de unos o de otros, no existiría después de Franco; y existe mucho peor que antes de Franco.

P. ¿Cómo ve la situación política en el País Vasco?

R. Soy nacionalista vasca y estoy de acuerdo con actuaciones como el plan Ibarretxe, que precisamente nace porque existe una situación de violencia en el país y se quiere ver si hay una fórmula de pacificación y normalización. Por eso creo que quienes se oponen al plan, en vez de hacer declaraciones fundamentalistas, deberían presentar otro y debatirlos.

P. Hay quienes ven en el plan Ibarretxe una imposición.

R. No. Está para discutir. Si tienen algo mejor, que lo presenten y se discute, pero que no lo aborrezcan desde el principio. Eso hizo Franco.

P. ¿Qué les diría a las personas que tienen que dejar hoy en día el País Vasco por la amenaza terrorista?

R. O porque está en la cárcel fuera del área de su país. Porque los etarras han cometido graves crímenes, pero lo están pagando, y sus familias están gastando mucho. Hay muchos exiliados en Euskadi. Yo puedo dar testimonio de que mis padres no odiaron. Perdonaron, pero no olvidaron. No hay que olvidar, pero no para el agravio sino para que no suceda algo semejante jamás.

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