Columna

Fu-Manchú

Esta es la Carta de la Suerte de Fu-Manchú. Manda este mensaje a quinientos amigos, ni más ni menos, y se te cumplirá el deseo que hayas pedido, cualquiera que sea. Si rompes la cadena, es probable que tengas problemas para cobrar tu sueldo a fin de mes, y, además, se te caerán los dientes, te morderá una cabra rabiosa, tus padres no te querrán, un gran incendio destruirá tu casa, tu planta favorita se secará, se te estropeará el móvil, la Fiscalía de la Audiencia Nacional te pondrá una querella, te despedirán de tu trabajo en Antena 3 después de veinte años sin darte explicaciones, perderá tu...

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Esta es la Carta de la Suerte de Fu-Manchú. Manda este mensaje a quinientos amigos, ni más ni menos, y se te cumplirá el deseo que hayas pedido, cualquiera que sea. Si rompes la cadena, es probable que tengas problemas para cobrar tu sueldo a fin de mes, y, además, se te caerán los dientes, te morderá una cabra rabiosa, tus padres no te querrán, un gran incendio destruirá tu casa, tu planta favorita se secará, se te estropeará el móvil, la Fiscalía de la Audiencia Nacional te pondrá una querella, te despedirán de tu trabajo en Antena 3 después de veinte años sin darte explicaciones, perderá tu equipo de fútbol, subirá la comisión en los cajeros automáticos, y lloverá todos los días. Ten en cuenta que si mandas el mensaje ahora, probablemente te toque esta misma semana la Primitiva, o cobres una herencia, o te llueva un título nobiliario, o te nombren secretario general, o te salga un plan para esta tarde.

Selenio J. F. rompió la cadena y sus padres se divorciaron a los noventa años. Cuando salía del juzgado, le confundieron con un terrorista de Al Qaeda y le dieron de hostias. Para colmo, su perro mordió a un cura, y tuvo que ser sacrificado. Margarita M. M. mandó los mensajes y consiguió que ganase su partido político, gracias a lo cual pudo comprarse a plazos la tostadora de sus sueños. Godofredo U. I. perdió los mensajes, rompió la cadena, y a su tía-abuela le salió un orzuelo y, encima, unos gamberros la violaron esa misma tarde, y, por si esto fuera poco, cuando la pobre mujer volvió a su casa, se dio cuenta de que había perdido la tarjeta del supermercado.

Este mensaje no es broma. Cuantos más mensajes envíes, más oportunidades tendrás de que se cumplan tus deseos. Si envías todos los mensajes antes de un día, todos tus deseos serán cumplidos. Esta es la Carta de la Suerte de Fu-Manchú, que vela por tus esperanzas. Su poder encauza los fluidos cósmicos, su energía está basada en los arcanos milenarios, y además Fu-Manchú te ve. Si no mandas la Carta de la Suerte a quinientos amigos en las setenta y dos horas siguientes de haberla recibido, no tendrás tiempo ni de llamar a tu abogado: acabarás arruinado, en la cárcel, o algo peor.

Si no estás decidido a mandarla ahora, no te deshagas de esta carta, puede que quieras hacerlo más tarde. Si no dispones de quinientos amigos, búscatelos, o utiliza las agendas de tus amigos, y después las de los amigos de tus amigos, y las de los amigos de los amigos de tus amigos, y envíales la suerte. No les mandes dinero, ni siquiera a los políticos. Te aseguramos que si continúas la cadena, nunca más les necesitarás. ¡Por favor, no se te ocurra romperla! ¡Confía en el poder de Fu-Manchú! El origen de su fuerza se encuentra en las profundidades de la tierra. Millones de personas han confiado en esta cadena, han hecho llegar la Carta de la Suerte a sus amigos, y ahora viven en chalés en Majadahonda.

Recuerda que si no envías los quinientos mensajes tu vida será un infierno -como poco- así que puedes empezar a perder el tiempo en la oficina desde ahora. ¡Suerte!

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