La avería de un autobús en el bus-VAO torna en una trampa el acceso a Moncloa

Centenares de personas se vieron obligadas a caminar a través de un túnel

El carril bus-VAO de la autovía de A Coruña (A-6) fue ayer una ratonera para miles de conductores y viajeros de líneas interurbanas que pretendían entrar a primera hora de la mañana a la capital. El choque de dos vehículos y la avería de un autobús cerca de Moncloa colapsaron el carril, que permaneció cerrado más de dos horas y media. Centenares de personas tuvieron que llegar andando hasta Moncloa, mientras los conductores sufrían grandes atascos. No es la primera vez: desde enero de 2002, el Bus-VAO se ha visto colapsado cinco veces.

La primera incidencia que ya inició los problemas o...

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El carril bus-VAO de la autovía de A Coruña (A-6) fue ayer una ratonera para miles de conductores y viajeros de líneas interurbanas que pretendían entrar a primera hora de la mañana a la capital. El choque de dos vehículos y la avería de un autobús cerca de Moncloa colapsaron el carril, que permaneció cerrado más de dos horas y media. Centenares de personas tuvieron que llegar andando hasta Moncloa, mientras los conductores sufrían grandes atascos. No es la primera vez: desde enero de 2002, el Bus-VAO se ha visto colapsado cinco veces.

La primera incidencia que ya inició los problemas ocurrió a las 7.00 en el kilómetro 13, cuando dos turismos chocaron de forma leve y produjeron fuertes retenciones. En ese punto, el bus-VAO (exclusivo para autobuses y vehículos de alta ocupación) dispone de dos carriles. Uno de ellos estuvo ocupado por los automóviles accidentados y se permitía el paso de los otros coches por el izquierdo. La curiosidad de muchos conductores ralentizó el tráfico, lo que degeneró en largas retenciones. En el accidente, dos personas tuvieron que ser atendidas de heridas leves por facultativos del Samur-Protección Civil, según informó un portavoz de Emergencias Madrid.

La situación, de por sí complicada, se agravó en el Bus-VAO a las 8.20, cuando un autobús interurbano que circulaba de entrada a la capital se quedó averiado a la altura del kilómetro 5,5 de la A-6, donde sólo hay un carril de entrada destinado a los autobuses. Esto impidió el paso de todos los autocares que circulaban por detrás. El chófer abrió las puertas a los pasajeros al ver que el vehículo necesitaba ser remolcado para salir del túnel que discurre desde la plaza del Cardenal Cisneros hasta el Arco de la Victoria.

"Es impresentable"

"Cada vez que hay un problema, tenemos que recorrer el túnel a pie y llegar tarde al trabajo", se quejó una afectada por el tapón circulatorio. "No sé como se las apañan, pero cada tres o cuatro meses hay una avería o un accidente que nos obliga a terminar caminando. Después dicen que utilicemos el transporte público y que dejemos el coche en casa", añadió otro. "Es impresentable. Te pegas el madrugón para no llegar tarde al trabajo, y cuando estás a punto de llegar, te avisa el conductor que se acabó, que el autobús se ha estropeado", concluyó un tercer afectado. Cientos de personas tuvieron que caminar desde el punto en que se averió el autobús

Fuera del bus-VAO, en los carriles normales de la autovía de A Coruña, los conductores tuvieron que armarse de paciencia para salir del atasco.

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La Policía Municipal tuvo que guiar a una grúa de gran tonelaje, que entró marcha atrás en el bus-VAO desde Moncloa. Ésta enganchó el autobús averiado y lo sacó sobre las 9.30 por Moncloa, lo que permitió reestablecer el tráfico de entrada a la capital. La autovía recuperó la normalidad una hora después aproximadamente.

El subdirector de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico, Jesús Díaz de Uzurrun, calificó el bus-VAO como "el tramo de carretera más seguro de toda España" y lo justificó en el número de accidentes que se han registrado desde su inauguración en 1995: "sólo ha habido dos víctimas mortales y se debió a un alcance de un autobús que arrolló a un turismos en el que viajaban dos personas".

Según Díaz de Uzurrun, el bus-VAO dispone de las mejores medidas de seguridad, como semáforos, barreras y portones que impiden en el paso de los vehículos en caso de accidente o que el carril funcione en el sentido contrario. Además, un programa informático se encarga de gestionar cualquier incidencia. Según Díaz de Uzurrun, todo está perfectamente vigilado por cámaras que transmiten imágenes en tiempo real.

El subdirector de Seguridad Vial explicó que lo que ocurrió ayer es que "se produjeron dos problemas casi seguidos". Primero, un choque entre dos coches, lo que produjo el llamado efecto mirón: los conductores se detienen o frena para ver qué ha pasado. "Aparte, Tráfico no tiene capacidad para solucionar la avería del autobús. Nos enteramos de qué gracias a las cámaras. A partir de ahí, sólo podemos avisar a la Empresa Municipal de Transportes (EMT) o al Consorcio Regional de Transportes para que envíen una grúa lo antes posible", explicó. "El tiempo mínimo que tardan en enviarlo es de 20 minutos, en los que la circulación tiene que estar parada. "Las averías de este estilo son esporádicas y, desde luego, imprevisibles", concluyó.

Atasco de autobuses en el carril Bus-Vao en la entrada de Madrid por la carretera de A Coruña.ULY MARTÍN

20.000 vehículos al día

El carril bus-VAO acumula incidencias una tras otra. Desde el año pasado, son al menos cinco las ocasiones en que los madrileños se han visto obligados a caminar por el asfalto para alcanzar transportes alternativos.

El primer incidente ocurrió el jueves 17 de enero de 2002, cuando un autobús se quedó parado junto al Arco del Triunfo, en el kilómetro 3,5 de la autovía de A Coruña (A-6). El vehículo, encerrado en el arranque del túnel, no podía ir ni hacia delante ni hacia atrás.

Un hecho similar se produjo el viernes 5 de abril de 2002. En este caso, medio centenar de autobuses se quedaron atrapados en el estrecho carril reservado para los autocares. De nuevo, los carriles adyacentes se resistieron con largas colas de tráfico.

El 21 de noviembre del año pasado, el carril volvió a convertirse en una trampa para los pasajeros de los autobuses interurbanos procedentes del norte y el oeste de la región. Ese día, a las 9.10 un autocar que entraba en Madrid sufrió una avería a la altura de la calle de la Princesa y quedó parado en el carril. Esto ocasionó retenciones superiores a una hora que llegaron hasta la plaza del Cardenal Cisneros.

El penúltimo incidente, incluyendo el de ayer, se registró el pasado martes 31 de octubre, cuando cayeron fuertes trombas de agua en la capital. Un accidente ocurrido en el bus-VAO obligó a decenas de personas, en su mayoría estudiantes y trabajadores, a caminar a lo largo de dos kilómetros hasta Moncloa para coger el metro o un transporte alternativo para llegar a sus destinos.

Los 20 kilómetros del carril bus-VAO son utilizados los días laborables por una media de 20.000 vehículos, de los que el 14% son autobuses, según los datos facilitados por la Dirección General de Tráfico (DGT). Estas cifras cambian durante los viernes y los fines de semana, cuando se permite la utilización por parte de vehículos que lleven sólo a una persona. La norma obliga a que los días laborales vayan, como mínimo, dos pasajeros en cada turismo.

Las tardes de los viernes y las mañanas de los sábados es utilizado en el sentido de salida de Madrid, mientras que los domingos sólo se permite para entrar en Madrid.

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