El arranque del otoño dobla las precipitaciones habituales en Málaga y Cádiz

Las reservas de los pantanos andaluces mejoran en todas las cuencas en el último año

La prolongada ola de calor que reventó los termómetros andaluces en julio y agosto apenas se dejó notar, sin embargo, en las reservas de agua de la comunidad. El último año hídrico (entre el 1 de septiembre de 2002 y el 31 de agosto pasado) fue ligeramente más húmedo de lo habitual, gracias a las lluvias caídas en los meses más fríos. Una tendencia que se mantiene en este otoño, particularmente en Cádiz y Málaga, donde las precipitaciones desde septiembre han doblado los registros normales.

La situación en los embalses andaluces es ligeramente mejor que la que registraban las pre...

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La prolongada ola de calor que reventó los termómetros andaluces en julio y agosto apenas se dejó notar, sin embargo, en las reservas de agua de la comunidad. El último año hídrico (entre el 1 de septiembre de 2002 y el 31 de agosto pasado) fue ligeramente más húmedo de lo habitual, gracias a las lluvias caídas en los meses más fríos. Una tendencia que se mantiene en este otoño, particularmente en Cádiz y Málaga, donde las precipitaciones desde septiembre han doblado los registros normales.

La situación en los embalses andaluces es ligeramente mejor que la que registraban las presas de la comunidad hace un año. Los pantanos de la cuenca del Guadalquivir están casi al 60% de su capacidad (cuatro puntos más), los de la cuenca del Guadiana al 78% (tres puntos más). El pasado año hídrico fue especialmente generoso en precipitaciones en Cádiz, lo que se hace notar en el nivel de reservas de las cuencas del Guadalete (68%, casi diez puntos más) y de Barbate (46%, también diez puntos más).

Las reservas en estas cuencas garantizan el suministro urbano, al menos para los dos próximos años, y también augura una nueva temporada de riego sin restricciones, salvo quizás en Jaén donde los pantanos apenas superan el 50% de su capacidad y las exigencias de regadío se han multiplicado en los últimos años por la generalización de esta técnica en el olivar.

La cuenca del Sur es la única que se mantiene en una situación vulnerable. El nivel de reservas también se ha incrementado, pero sigue sin despegar del 30%. En Almería, la aportación de los pantanos al suministro hídrico es paupérrima: el embalse de Beninar está al 18% de su capacidad, con sólo 11 hectómetros cúbicos en su interior, y el de Cuevas de Almanzora, con una capacidad de 168 hectómetros cúbicos, está prácticamente vacío.

El Instituto Nacional de Meteorología destaca que el litoral almeriense fue una de las pocas zonas donde el año pasado hubo menos lluvias de lo que es habitual en un territorio ya de por sí escaso en precipitaciones. Las lluvias registradas en Almería apenas alcanzaron el 60% de la media de los últimos 30 años. Y en el inicio de este otoño, la escasez de precipitaciones se ha acentuado: si lo normal es recoger 32 litros por metro cuadrado en estos dos meses, apenas han caído seis.

Acuíferos y desaladoras

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Los acuíferos (algunos ya casi agotados y contaminados) y el agua desalada se convierten en recursos indispensables en Almería para mantener el suministro de agua, a la espera del trasvase del Ebro (cuya puesta en marcha tardará aún una década)

En el otro extremo, Cádiz (128 litros por metro cuadrado) y Málaga (88) han duplicado sus registros históricos en estos dos meses. Las lluvias en la provincia malagueña alivian una situación que la Junta cree peliaguda por el incremento sostenido de la demanda en la Costa del Sol. El Gobierno sostiene, sin embargo, que el nivel de reservas actual (30%) es suficiente para este año.

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