El poder de los jóvenes

Si cuando se habla de jóvenes y política nos dejáramos llevar por el lugar común que dice que los jóvenes pasan de política nos llevaríamos sorpresas. Los estudiantes de primero de carrera (18 años) que han participado en este reportaje no vivieron la muerte de Franco; tampoco siguieron el proceso de la transición y en el 23-F aún no habían nacido. Estos acontecimientos que tanto marcaron a generaciones anteriores, los estudian "en los libros de texto". Pero están bastante enterados, leen periódicos y narrativa (más los de Letras), hablan de política y tanto si votan como si no es una decisión...

Si cuando se habla de jóvenes y política nos dejáramos llevar por el lugar común que dice que los jóvenes pasan de política nos llevaríamos sorpresas. Los estudiantes de primero de carrera (18 años) que han participado en este reportaje no vivieron la muerte de Franco; tampoco siguieron el proceso de la transición y en el 23-F aún no habían nacido. Estos acontecimientos que tanto marcaron a generaciones anteriores, los estudian "en los libros de texto". Pero están bastante enterados, leen periódicos y narrativa (más los de Letras), hablan de política y tanto si votan como si no es una decisión bastante pensada.

Los que aquí han dado su opinión ejercen su derecho a voto el domingo por primera vez en su vida (con la excepción de una estudiante, de 26 años, peruana, que nunca ha votado en España). Desde luego, saben de sobra quienes son los tránsfugas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez y son muy críticos con la repetición de las elecciones. Coinciden en que los políticos "piensan sobre todo en sus intereses", y poco en ellos, pero participan de una misma aspiración -que las cosas sean de otra forma- y por eso no pasan de política.

Es el poder de 24.000 jóvenes votantes.

Todas las mañanas hace lo mismo. Coge un autobús y el metro que le llevan desde Alcorcón hasta su facultad de Periodismo. Tarda 40 minutos. La propuesta de Simancas de transporte gratis para ciertos tramos de edad le parece bien. Pero a los políticos les pide, sobre todo, "que cumplan las promesas que hacen en tiempos de elecciones". En vez de "promover ideas para mejorar la comunidad, montan un circo. Un amigo mío dice que en California, con Arnold Schwarzenegger, se han ahorrado la farsa: 'en lugar de disfrazar a un payaso de político, ponen al payaso y se dejan de chorradas".

Confía más en los políticos próximos, como el alcalde o el presidente de la Comunidad, "que en los de arriba"; confía más en las ONG ("me gustaría colaborar en alguna"), que en la política, y está tramitando los papeles para apadrinar a un niño. No cree nada en la Iglesia. Se debate entre votar a IU o PSOE. Ética para Amador, de Fernando Savater, es el último libro que ha leído. Va vestido con un chándal, pero su corte de pelo es impecable. Por lo demás, le gusta salir los fines de semana con los amigos. "Sí, pero lo raro es que los jóvenes voten. Los que yo conozco y que salimos por ahí pasan bastante de política y algunos votan por lo que votan otros, sin tener ni idea".

Defiende con voz suave y tono firme que si en las anteriores elecciones "se decidió que ganara la izquierda, con el pacto PSOE- IU, que Tamayo y la otra decidieran lo contrario porque les untaron está fatal". Si le tocara hacer un programa electoral pediría más acceso a la vivienda, pisos de protección oficial ("mi hermana, de 25 años, se ha comprado un piso y no lo pagará hasta que se jubile"), transporte público y más fondos para la enseñanza, que somos los que menos invertimos de Europa". Respecto a su futuro, le preocupa acabar la carrera y poder ejercer.

Durante buen parte de la entrevista está acompañada de su novio, a quien pide opinión de vez en cuando. Vive en Mirasierra, estudia Derecho, va con vaqueros, jersey beige y en la parte superior de una oreja lleva incrustados dos aros. Trabaja de camarera en un bar, de donde saca dinero para sus "caprichos". En su casa votan al PP. Ella pensaba abstenerse, pero acudirá a las urnas "para que no se repita lo del 26 de marzo". Votará al PP.

Lo que pasó el 26-M, según ella, es que la ciudadanía votó en mayor medida al PP, "y no al PSOE, que se juntó con IU". Y disculpa a Tamayo: "Él ya había avisado antes de que no estaba de acuerdo con el pacto entre IU y su partido". Ya, pero hubo una comisión de investigación para esclarecer posibles intereses inmobiliarios... "Sí, ya lo sé, veía todas las tardes las comparecencias en Telemadrid. Lo que pasa es que en todos los partidos hay trapicheos y unos se pasan más que otros".

A medida que transcurre la conversación, y a pesar de ser una convencida de la derecha, va aumentando la crítica hacia todos los políticos. "Les veo a todos con demasiadas ansias de gobernar, sobre todo a Rafael Simancas, y de tener mucha pasta". ¿Y qué piensas de los jóvenes que militan en partidos políticos? "Bien, son el futuro y así renovarán las ideas que ya están un poco desfasadas".

A pesar de ser bastante crítica con el universo político -como todos los que intervienen en este reportaje- va a votar. Estudiante de Farmacia, opina que la política es una cuestión "importante" y que por eso merece ser seguida con atención. Entre sus amigos hablan de ello "como de cualquier otra cuestión social".

Tiene clarísimo que en las anteriores elecciones a la Comunidad de Madrid, en las que no pudo votar, ganaron en las urnas el PSOE e IU. "Pero luego aparecieron Tamayo y Sáez y fue el PP el que salió beneficiado". Esta situación es el reflejo, dice, de cómo está la política y la línea que sigue. "Es pura hipocresía. Si se votó una vez, esa gente que lo hizo ahora se tiene que sentir engañada, porque lo que votó luego no salió".

No quiere decir a qué partido va a apoyar, ("es algo muy privado", alega). Votará no tanto por apoyar a un partido como por excluir a otros. Tiene muy claro a quien no dará su papeleta y pone cierto interés en despejar que va a ser para la izquierda: "No tengo nada que ver con la derecha". ¿O sea, que tú sí ves diferencias? "Claro que no es lo mismo", afirma mientras gesticula con el cigarro, "pero creo que se está perdiendo esa diferencia que había antes, cuando los partidos eran más idealistas. Ahora el dinero mueve mucho la política".

¿Te crees lo que dicen los políticos? "No, pero siempre espero que la política sirva para algo. Leeré los programas, pero no sólo me fío de eso. La política no es cuestión de un día, sino de todo lo que se ha hecho a lo largo del tiempo".

Pediría a los gobernantes que destinen más dinero a educación -"la dedicación a los idiomas, por ejemplo, es del todo insuficiente"- y a investigación, "sector en el que en España estamos bastante retrasados respecto a otros países".

El futuro lo ve "negro", pero lo afronta con optimismo.

Ana va a tomar la decisión de a quién votar en función de los programas. También estudia Farmacia, pero ahí se acaba la similitud con su compañera de aula. A diferencia de Irene, ella no hace la distinción entre izquierda y derecha, no le parece que las diferencias estén ya tan claras: "Son matices lo que les distingue, no las ideas". Así que se aferrará a lo que diga el programa. Sigue la política lo imprescindible, porque los políticos "hacen lo que quieren". Siguiendo esa línea, no presta atención a los candidatos. "Lo importante es lo que vayan a hacer, no lo que digan".

¿Qué opinas de la intervención de España en la guerra contra Irak?. "Somos los españoles los que teníamos que haber decidido si participar o no, y nos tenían que haber explicado mucho mejor ese asunto".

¿Te preocupa la vivienda?. "Sí, pero a largo plazo".

¿Y la inmigración?. "Debería estar más controlada y que se admitiera a los que tengan un contrato de trabajo. Me parece muy bien que si en su país no tienen trabajo, salgan a otro a buscarlo".

¿Qué buscas en un programa electoral? "Mayores recursos para educación, que es la base de toda la política. Y también tolerancia.

La última vez que fue al cine fue el pasado domingo, con su padre. Vieron Buen viaje, Excelencia, de Albert Boadella, una parodia sobre Franco. Juan Manuel Gallego estudia Ingeniería de Caminos. Es hijo de un constructor (no afín al PP) de Villaviciosa de Odón, una de las localidades que la especulación urbanística puso en primer plano. "Los políticos están ahí por sus intereses", deduce, mientras sostiene unos folios llenos de fórmulas. Luego repasa con muy buena memoria la lista de los últimos alcaldes de su localidad (todos del PP), que en su opinión se pasan el día "especulando". "A mi padre le afectó mucho y cuando quiere construir le ponen pegas para todo".

¿Y a quién vas a votar? "A nadie, en blanco. Tradicionalmente, en mi casa se tira más hacia la izquierda, pero yo no creo a ninguno. No escuchan lo que les dice el pueblo. Y por los jóvenes no hacen nada", critica este joven que, sobre todo, se considera un deportista. ¿Y a ti te interesa el problema de la vivienda?. "No, me pilla muy lejos". ¿Qué te parece Esperanza Aguirre?. "Muy poco seria". ¿Simancas?. "Falsete". ¿Fausto Fernández?. "No le he escuchado, pero a IU yo la vinculo al PSOE. ¿Tamayo y Sáez?. "Unos listos".

Compatriota de Vargas Llosa, a quien ha leído buena parte de su obra ("es un honor para nuestro país"), Raquel ha venido desde Lima a estudiar Derecho con una beca Erasmus. Comparte gastos con dos hermanas, que también están aquí, y trabaja de camarera. Una de las razones por las que eligió España fue por el idioma.

Estos días va a "estudiar las propuestas de cada uno" porque lo que se dice conocer, sólo conoce a José María Aznar. Pide "que cumplan lo que prometen", una frase recurrente en todos los entrevistados. Después, más acceso a la vivienda "y que den más facilidades a los extranjeros". ¿Cómo percibes el ambiente electoral?. "Se habla bastante, pero con todo lo que ha ocurrido con los tránsfugas veo mucha incertidumbre, y también, que hay muchos dudosos".