La macroestación de Sol fue exenta de estudio ambiental por "ir soterrada"

El Gobierno eximió del estudio de impacto ambiental a las obras de la macroestación de cercanías de Sol porque éstas discurren "soterradas". En una respuesta por escrito a una pregunta formulada por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida y que difundió Efe, el Gobierno argumenta que sí se tuvieron en cuenta otros "informes medioambientales".

La polémica estación de cercanías Sol-Gran Vía fue aprobada sin contar con el estudio de impacto ambiental que se suele exigir en las grandes obras. Esto originó la pregunta parlamentaria de IU y una denuncia que este mismo partido interpuso ante...

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El Gobierno eximió del estudio de impacto ambiental a las obras de la macroestación de cercanías de Sol porque éstas discurren "soterradas". En una respuesta por escrito a una pregunta formulada por el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida y que difundió Efe, el Gobierno argumenta que sí se tuvieron en cuenta otros "informes medioambientales".

La polémica estación de cercanías Sol-Gran Vía fue aprobada sin contar con el estudio de impacto ambiental que se suele exigir en las grandes obras. Esto originó la pregunta parlamentaria de IU y una denuncia que este mismo partido interpuso ante la Fiscalía de Medio Ambiente, por considerar que la exención vulneraba la normativa. Sin embargo, el Gobierno explica en su respuesta que las obras discurren soterradas y que además sí han pasado informes ambientales referentes a

medidas para minimizar las emisiones de ruidos y posibles vibraciones, a la prevención de emisiones contaminantes y a la disminución de las molestias que provoquen los cortes y desvíos de tráfico.

También dice la respuesta que en la estación de Sol-Gran Vía se ha previsto un estudio de tierras sobrantes, un inventario de trasplante y reposición de árboles y un programa de seguimiento arqueológico. Las obras son necesarias, según el Gobierno, porque duplicarán la atención de los usuarios en un trayecto que ya alcanza en algunas horas punta el 100% de su capacidad.

El proyecto esta diseñado para atender a los 700.000 viajeros diarios de la red de cercanías, considerado este un número de usuarios en crecimiento, 250.000 de ellos con transbordo obligado en la estación de Atocha, y se justifica con una anunciada reducción del tiempo de viaje y acceso directo al eje de Castellana. La construcción de la nueva conexión de cercanías entre Atocha y Chamberí, que incluye la estación Sol-Gran Vía, comenzaron en agosto en la glorieta de Atocha y se prevé que estén terminadas dentro de cuatro años.

"Balones fuera"

La portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, criticó ayer la argumentación del Gobierno, que pretende, según dijo, "echar balones fuera con el problema de Sol". Sabanés sostuvo que el mero hecho de que la obra vaya por debajo de la tierra no es motivo suficiente para librarse de una declaración de impacto: "El Gobierno no quiere someterla [la estación] a un estudio ambiental porque sabe que éste conlleva un análisis y que se abran nuevas alternativas".

Sabanés ratificó su confianza en que los tribunales acaben dando la razón a su denuncia, porque "resulta temerario, con la cantidad de casas afectadas y en una zona tan emblemática, construir una estación semejante". Y arremetió contra el papel del Ministerio de Medio Ambiente, "que no tiene liderazgo suficiente como para imponerse y solicitar el estudio de impacto ambiental que la obra pide a gritos".

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