Crítica:

Starck, en San Francisco

Clásico, contemporáneo e innovador. Ian Schrager ha puesto el dinero; Philippe Starck, su concepto de glamour, tan sorprendente como ya discutido (con esa rudeza de Ron Arad al compararlo con Britney Spears). Situado en el distrito del Teatro, en San Francisco, el Clift no deja de sorprender a propios y extraños, algo más de un año después de su inauguración.

Un lobby surrealista, un bar art déco y el Redwood Room, donde se exhibe el arte digital. Cristal, sedas, terciopelo, cuero... Su idea de originalidad invade las paredes del salón, decoradas con juguetes fotogr...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Clásico, contemporáneo e innovador. Ian Schrager ha puesto el dinero; Philippe Starck, su concepto de glamour, tan sorprendente como ya discutido (con esa rudeza de Ron Arad al compararlo con Britney Spears). Situado en el distrito del Teatro, en San Francisco, el Clift no deja de sorprender a propios y extraños, algo más de un año después de su inauguración.

Un lobby surrealista, un bar art déco y el Redwood Room, donde se exhibe el arte digital. Cristal, sedas, terciopelo, cuero... Su idea de originalidad invade las paredes del salón, decoradas con juguetes fotografiados en transparencias en blanco y negro que llevan la firma de Mondino. Todo el mobiliario ha sido diseñado por Starck, pero también la chimenea de madera y bronce y las esculturas de Gerard Garouste garantizan el impacto visual.

HOTEL CLIFT

Dirección: 495 Geary Street. San Francisco (EE UU). Teléfono: 001 415 775 47 00. 'Web': www.ianschragerhotels.com Precio: 195 a 250 euros.

Asia de Cuba es la guinda del pastel. Este lujoso restaurante exhibe lámparas de cristal de Murano, cortinas de seda, una iluminación que parece sacada de una de las fantasías fílmicas de David Lynch y unas vistas oníricas de San Francisco de noche.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Archivado En