Nuevos carburantes
BP lanza una gasolina y un gasóleo que mejoran la potencia y reducen las emisiones
MEJORES ACELERACIONES y menos emisiones contaminantes. Éstas son las principales ventajas que anuncia BP para sus nuevos combustibles, una gasolina de 98 y un gasóleo. Los dos se denominan BP Ultimate y están ya disponibles en las estaciones de servicio de la petrolera británica. La nueva gasolina 98 cuesta dos céntimos de euro más por litro que la actual BP Super Plus 98, a la que sustituye. Y el nuevo diésel tiene un sobreprecio de tres céntimos frente al actual BP Diesel Plus, que se seguirá vendiendo.
Los dos son carburantes de alto rendimiento, pero mientras la gasolina 98 presenta...
MEJORES ACELERACIONES y menos emisiones contaminantes. Éstas son las principales ventajas que anuncia BP para sus nuevos combustibles, una gasolina de 98 y un gasóleo. Los dos se denominan BP Ultimate y están ya disponibles en las estaciones de servicio de la petrolera británica. La nueva gasolina 98 cuesta dos céntimos de euro más por litro que la actual BP Super Plus 98, a la que sustituye. Y el nuevo diésel tiene un sobreprecio de tres céntimos frente al actual BP Diesel Plus, que se seguirá vendiendo.
Los dos son carburantes de alto rendimiento, pero mientras la gasolina 98 presenta como mejores argumentos el aumento de la potencia (6,5%) y la aceleración (5,5%), el gasóleo permite reducir un 11% los humos del escape, un 35% las emisiones de hidrocarburos y un 4,5% los óxidos de nitrógeno, los agentes nocivos que más afectan a la calidad del aire. El gasóleo potencia también un 3% la aceleración e incluye aditivos que reducen la formación de espuma durante los repostajes y permiten llenar más el depósito. BP declara además que los dos mejoran la calidad de la combustión y mantienen más limpio el motor.
Sin embargo, la asignatura pendiente de estos nuevos carburantes y de todos los actuales sigue siendo el alto contenido de azufre: hasta 150 partículas por millón (ppm) en la gasolina y hasta 350 en el diésel. Este componente limita los beneficios ecológicos que pueden aportar las últimas tecnologías disponibles en los motores turbodiésel y en los de inyección directa de gasolina.
Al menos hasta que el 1 de enero de 2005 entre en vigor la última normativa europea que limitará el contenido de azufre de todos los carburantes a un máximo de 50 ppm.