ASTRONOMÍA

Mares de hidrocarburos en la luna Titán

Titán, la gran luna de Saturno, intriga a los científicos desde hace tiempo, pero es difícil ver su superficie, ya que la densa atmósfera de nitrógeno resulta opaca para los telescopios. Sin embargo, con radar se puede ver lo que se oculta debajo. Precisamente con esta técnica, utilizando el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, unos astrónomos estadounidenses han obtenido señales que sugieren la existencia de lagos o mares de hidrocarburos líquidos en la superficie de Titán.

Donald B. Cambell (Universidad de Cornell) y sus colegas, utilizaron la gran antena de 300 metros de diáme...

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Titán, la gran luna de Saturno, intriga a los científicos desde hace tiempo, pero es difícil ver su superficie, ya que la densa atmósfera de nitrógeno resulta opaca para los telescopios. Sin embargo, con radar se puede ver lo que se oculta debajo. Precisamente con esta técnica, utilizando el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, unos astrónomos estadounidenses han obtenido señales que sugieren la existencia de lagos o mares de hidrocarburos líquidos en la superficie de Titán.

Donald B. Cambell (Universidad de Cornell) y sus colegas, utilizaron la gran antena de 300 metros de diámetro de Arecibo (el mayor radiotelescopio fijo del mundo), para enviar señales radar a Titán, y recibirlas en la misma antena y en la del observatorio de Green Bank. Dos horas y 15 minutos tardaban las señales en ir a Saturno y volver.

Investigaciones anteriores realizadas en infrarrojo cercano, indicaban que Titán, un satélite de tamaño intermedio entre Mercurio y Marte, tiene una superficie heterogénea. Ahora Campbell y sus colegas sugieren, que al menos el 75% de la superficie de esa luna puede estar cubierta de cráteres de diámetro entre 80 y 150 kilómetros, que forman lagos y mares llenos de hidrocarburos líquidos y agua helada (en una proporción de tres a uno).

"Los resultados confirman que no hay ningún sitio como Titán en el Sistema Solar", comenta en Science Ralph Lorenz (Universidad de Arizona). El interés en esta luna aumenta a la espera de que llegue en 2004 a Saturno la nave Cassini y envíe a su superficie la sonda de descenso Huyggens.

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