Crónica:MOTOCICLISMO | Gran Premio del Pacífico

Barberá da otro golpe

El valenciano se aprovecha de los problemas de dirección de Pedrosa, sexto, y obtiene su segundo triunfo tras un final apasionante

Nada llevaba a imaginar un desenlace similar al que se produjo en Motegi cuando la carrera comenzó. Es ya sabido que en 125cc nada se decide hasta la última curva. La igualdad en esta categoría es tan brutal que permite cuadrar los mejores espectáculos del Mundial. Sin embargo, esta vez todo parecía tan claro, tan definido, tan irremisiblemente decidido, que la sorpresa resultó mayúscula.

Nadie podía intuir que la victoria sería para el joven piloto valenciano (Dos Aguas) Héctor Barberá, de 16 años, cuando, a falta sólo de seis vueltas para la conclusión, el catalán Daniel Pedrosa, líde...

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Nada llevaba a imaginar un desenlace similar al que se produjo en Motegi cuando la carrera comenzó. Es ya sabido que en 125cc nada se decide hasta la última curva. La igualdad en esta categoría es tan brutal que permite cuadrar los mejores espectáculos del Mundial. Sin embargo, esta vez todo parecía tan claro, tan definido, tan irremisiblemente decidido, que la sorpresa resultó mayúscula.

Nadie podía intuir que la victoria sería para el joven piloto valenciano (Dos Aguas) Héctor Barberá, de 16 años, cuando, a falta sólo de seis vueltas para la conclusión, el catalán Daniel Pedrosa, líder del Mundial, dominaba la prueba con casi cinco segundos de ventaja sobre sus perseguidores. Pero en aquel momento, el sabadellense comenzó a sufrir. Una tuerca del amortiguador de la dirección de su Honda se soltó y convirtió su máquina en algo ingobernable.

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"La moto era inconducible. Tenía la sensación de que el neumático delantero estaba pinchado. En esas condiciones era imposible mantener el ritmo y contener a mis rivales", confesó Pedrosa. "De hecho todo había empezado mal, porque antes de la carrera se rompió el motor y tuvimos que coger el de la segunda moto". El catalán vio cómo uno tras otro le iban superando Héctor Barberá, el australiano Casey Stoner, el italiano Andrea Dovizioso, el mallorquín Jorge Lorenzo y también el italiano Stefano Perugini y el alemán Steve Jenkner.

Aquello era un calvario para él. Pero a los demás pilotos se les abrió una puerta que había estado cerrada desde el inicio de la carrera. Casi todos tuvieron sus opciones. El liderato pasaba de unas manos a otras con una facilidad increíble entre la entrada y la salida de una sola curva. Fueron momentos brillantes, en los que un exceso de riesgo podía producir un descalabro. Ésta fue la situación que vivió Lorenzo, que se quedó a las puertas del podio tras equivocar una trazada y sufrir una caída.

Era un momento para no perder los nervios, para mantener la tensión y templar la conducción. Y Barberá lo hizo. Atacó en el momento preciso, cogió el liderato a falta de dos vueltas para la conclusión y fue cerrando todos los huecos a Stoner y a Dovizioso, que le atacaban en cada curva. Fue un final más propio de un veterano que de un novato.

Pero Barberá parece ya acostumbrado a resolver estos retos, a pesar de sus sólo 16 años. Esta misma temporada, en Gran Bretaña se convirtió en el tercer piloto más joven de la historia en ganar un Gran Premio. Sólo le superan los italianos Marco Melandri (15 años y 324 días) e Iván Goi (16 años y 157 días. Y ayer confirmó que todas las expectativas que había despertado pueden cumplirse.

"El año pasado abandoné los estudios para dedicarme en cuerpo y alma a las motos. Sabía que valgo para esto", había asegurado Barberá, tras ganar en Donington. Ayer lo demostró y dio su segundo gran golpe. "Me he concentrado en conservar al máximo los neumáticos y eso me ha permitido acabar ganando", dijo en Motegi. "He estudiado bien a Stoner y en las últimas vueltas le he tapado todos los huecos por los que sabía que iba a atacarme". Palabras de futuro campeón.

Héctor Barberá celebra su victoria.ASSOCIATED PRESS

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