Cartas al director

Sobre "La arrogancia neoliberal"

En el interesante, como todos los suyos, artículo La arrogancia neoliberal, publicado el pasado 16 de septiembre de 2003, doña Adela Cortina compara dos posibles concepciones de la denominada "responsabilidad social de las empresas"; la de Milton Friedman y Peter Drucker, por una parte, para quienes la responsabilidad social de las empresas se debe limitar a "aumentar el beneficio económico, siempre dentro de la ley, porque la empresa no es sino un instrumento del accionista, que es su propietario", y la del Libro Verde de la UE de 2001, por otra, opción claramente preferida por la seño...

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En el interesante, como todos los suyos, artículo La arrogancia neoliberal, publicado el pasado 16 de septiembre de 2003, doña Adela Cortina compara dos posibles concepciones de la denominada "responsabilidad social de las empresas"; la de Milton Friedman y Peter Drucker, por una parte, para quienes la responsabilidad social de las empresas se debe limitar a "aumentar el beneficio económico, siempre dentro de la ley, porque la empresa no es sino un instrumento del accionista, que es su propietario", y la del Libro Verde de la UE de 2001, por otra, opción claramente preferida por la señora Cortina, según la cual "una empresa asume su responsabilidad social cuando integra voluntariamente preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones; dicho sintéticamente, cuando se compromete a llevar un triple balance: económico, social y medioambiental". "No se trata", concluye la autora, "sólo de cumplir las leyes... sino también de tomar medidas sociales y medioambientales que las leyes no exigen".

Pero, ¿no es ése precisamente el peligro neoliberal? Que en vez de que sean los poderes públicos (desde ayuntamientos hasta organismos multinacionales) los que, regulando mediante leyes y normas, determinen y establezcan las medidas "sociales y medioambientales" necesarias y vigilen y exijan su cumplimiento, sean las propias empresas (lo privado) las que, por dejación de los poderes públicos, asuman cada vez más ámbitos de decisión, en este caso, nada menos, que "sociales y medioambientales".

¿Qué es lo que se propone?, ¿que la nuevas (y frecuentemente anónimas) aristocracias financieras sigan asumiendo cada vez más ámbitos (incontrolados) de decisión, aunque éstos afecten a algo tan "público" como lo social y lo medioambiental?

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