Entrevista:EDORTA KORTADI | Profesor y crítico de arte

"Chillida creó espacios para ser habitados"

Edorta Kortadi (Tolosa, 1946), profesor de Historia del Arte y Museología de la Universidad de Deusto y crítico de arte, recorre en su libro Una mirada sobre Eduardo Chillida (Editorial Síntesis) la vida y obra de "un artista universal" que falleció en agosto de 2002. El volumen se estrenó en la pasada Feria del Libro de Madrid, pero se presentará al público en breve, tras las "inadecuadas" fechas veraniegas.

Pregunta.
¿Qué mirada personal ofrece sobre Chillida?

Respuesta.
Consiste en mezclar la biografía de Eduardo Chillida y su producción artística: escultu...

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Edorta Kortadi (Tolosa, 1946), profesor de Historia del Arte y Museología de la Universidad de Deusto y crítico de arte, recorre en su libro Una mirada sobre Eduardo Chillida (Editorial Síntesis) la vida y obra de "un artista universal" que falleció en agosto de 2002. El volumen se estrenó en la pasada Feria del Libro de Madrid, pero se presentará al público en breve, tras las "inadecuadas" fechas veraniegas.

Pregunta. ¿Qué mirada personal ofrece sobre Chillida?

Respuesta. Consiste en mezclar la biografía de Eduardo Chillida y su producción artística: escultura, grabado, dibujo y escritura.

P. ¿Qué destacaría de Chillida como persona?

R. Era una persona espléndida, muy equilibrada, elegante, muy clásica, en el sentido de reposo clásico, como su propia escultura.

P. ¿Y como artista?

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R. El respeto al material y las formas abstractas que da a ese material, absolutamente novedosas, son aportaciones suyas a la escultura de la segunda mitad del siglo XX. Une tradición y vanguardia, parte de elementos conocidos, como un yunque de un herrero, y lo transforma en un yunque de sueños. Su escultura hace además una reflexión bastante profunda sobre los elementos de la naturaleza.

P. Persona y artista están absolutamente ligados.

R. También se da en otros artistas, como Oteiza, que es quizá no tan clásico, más dinámico, más desequilibrado, más inestable,... pero en el caso de Chillida había un maridaje perfecto.

P. ¿Qué tiene de mística su obra?

R. Es una obra muy misteriosa, aunque tiene dos tipos de misterio. El de las obras muy compactas, muy cerradas, que no dejan más que un pequeño hueco para penetrar en el interior; es lo oculto, lo que está dentro y no vemos. Y luego tiene obras que son lo contrario, vacías. Todo el espacio está contenido dentro del volumen. Deja a los espectadores penetrar en la escultura. Esos espacios para la contemplación, para ser habitados, son también aportación suya.

P. ¿Qué le parece el enfrentamiento que mantuvieron Chillida y Oteiza?

R. La polémica estuvo más azuzada por parte de críticos y gentes que han estado en las órbitas de cada uno, lo que llevó a rencillas que hoy en día no tienen sentido. Sus obras poco tienen que ver, salvo que las dos han tocado el tema del espacio dentro de la escultura; una proviene del informalismo abstracto y la otra del constructivismo ruso.

P. ¿El famoso abrazo de Zabalaga llegó tarde?

R. Llegó en un momento algo tardío, cuando eran mayores y una enfermedad degenerativa se había apoderado de la potente estructura de Eduardo. Pero mejor tarde que nunca. Fue todo un ejemplo para cierta clase política.

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