Reportaje:

A la conquista de las aulas

Gitanos con estudios superiores se reúnen en Bilbao con alumnos y familiares de su etnia para animarles a seguir su educación

"Yo llegué a los estudios por casualidad. Desde pequeño lo que quería llegar a ser era el vendedor ambulante número uno, porque eso es lo que había visto en mi casa. Pero soy el séptimo de nueve hermanos y ya no cabía en la furgoneta. Simplemente. Así que me tocó seguir estudiando". Con esta sencillez narraba ayer Javier Lozano, gitano de 31 años y de Valladolid, cómo llegó a cursar estudios universitarios de Derecho. Por casualidad.

Su experiencia, junto a la de la palentina Celia Gabarri (25 años) y del burgalés José Carlos Kelián Borja (23 años), ambos con estudios de educador...

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"Yo llegué a los estudios por casualidad. Desde pequeño lo que quería llegar a ser era el vendedor ambulante número uno, porque eso es lo que había visto en mi casa. Pero soy el séptimo de nueve hermanos y ya no cabía en la furgoneta. Simplemente. Así que me tocó seguir estudiando". Con esta sencillez narraba ayer Javier Lozano, gitano de 31 años y de Valladolid, cómo llegó a cursar estudios universitarios de Derecho. Por casualidad.

Su experiencia, junto a la de la palentina Celia Gabarri (25 años) y del burgalés José Carlos Kelián Borja (23 años), ambos con estudios de educador social, sirvieron de ejemplo a más de cincuenta alumnos gitanos desde 3º de ESO. Esta reunión realizada ayer en Bilbao fue una iniciativa de la asociación Kalé dor Kayikó (Gitano del mañana) y la Fundación Secretariado General Gitano. Estudiamos y seguimos siendo gitanos era el lema del encuentro, un programa de fomento de la continuidad en los estudios para la comunidad gitana, que se desarrolla en toda España.

"Si hubiera sido la mayor, habría dejado el colegio para cuidar de mis hermanos", afirma Celia

En el País Vasco residen unos 15.000 gitanos, según indicó Óscar Vizarraga, mediador gitano y miembro de Kalé dor Kayikó. La población escolar, hasta bachiller, se calcula en torno a 1.500. En la actualidad, sólo una estudiante gitana cursa estudios universitarios en Euskadi. "Pero en breve esta situación va a cambiar, porque en los últimos años ha habido un aumento considerable de alumnos en bachiller y ciclos formativos superiores", asegura Vizarraga.

Los alumnos acudieron a la reunión acompañados de sus familias, ya que los padres son los primeros que deben ser conscientes de la importancia de que su hijo continúe los estudios.

"He tenido mucha suerte, porque mis padres me han apoyado en todo. Siempre han confiado en mí. Y tampoco me sentí nunca discriminado en la escuela. Ahora mi hermano ya está en 4º de ESO", explica Kelián Borja.Una experiencia que no se parece a la de Celia, que afirma que "ser mujer y gitana es una sufrir una doble discriminación". Ella es la quinta de seis hermanos, y esa posición fue la que le permitió estudiar. "Si hubiese sido la primera, como mi hermana, habría dejado el colegio para cuidar de los demás, como hizo ella", dice. Aunque Celia está contenta en la escuela donde aprende para educador social, piensa que al ser gitana "siempre tienes que demostrar más tu valía". Asegura que "el camino es largo porque estás en el punto de mira", pero que, sin embargo "merece la pena".

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