Bertelsmann y Sony negocian su fusión ante la alianza EMI-Warner

La industria discográfica se reorganiza para hacer frente a Universal, líder del sector

El tíovivo de las negociaciones sobre una eventual fusión entre las grandes casas discográficas se ha vuelto a poner en marcha. Días después de que se conociera que EMI ha ofrecido 1.500 millones de dólares por Warner Music, ayer se conoció que BMG ha entrado en negociaciones con Sony, aunque esto no signifique que esta casa discógrafica, perteneciente al grupo Bertelsmann, haya abandonado sus muy avanzadas negociaciones con la propia Warner Music.

Las conversaciones de BMG con Sony están encaminadas a contar con "una alternativa" a esta operación, según dijo una alta fuente de Bertelsm...

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El tíovivo de las negociaciones sobre una eventual fusión entre las grandes casas discográficas se ha vuelto a poner en marcha. Días después de que se conociera que EMI ha ofrecido 1.500 millones de dólares por Warner Music, ayer se conoció que BMG ha entrado en negociaciones con Sony, aunque esto no signifique que esta casa discógrafica, perteneciente al grupo Bertelsmann, haya abandonado sus muy avanzadas negociaciones con la propia Warner Music.

Las conversaciones de BMG con Sony están encaminadas a contar con "una alternativa" a esta operación, según dijo una alta fuente de Bertelsmann al diario Financial Times Deutschland, indirectamente participado por este mismo grupo. Parece una partida de póquer en la que todavía no se vislumbra el final.

En la industria era conocido que Bertelsmann llevaba meses negociando con Time Warner la fusión de sus respectivos sellos discógraficos. La idea era crear un sello conjunto, controlado por partes iguales. Para evitar un veto de las autoridades de la competencia, el negocio de los derechos musicales (aquellos a pagarse por las transmisiones en radio, por ejemplo) debía permanecer en las matrices. Bertelsmann estuvo dispuesto a traspasar al menos 100 millones de dólares en estos derechos a Time Warner. Con plazo hasta el 15 de septiembre, ambos grupos habían acordado negociar en exclusividad.

Pero no pudieron llegar a un acuerdo definitivo. Vencido el plazo, la británica EMI se lanzó al ruedo ofreciendo por Warner Music al menos 1.500 millones de dólares, 1.000 millones de ellos en efectivo y el resto en acciones. A cambio de esta suma, atractiva ante el trasfondo de las gigantescas deudas acumuladas por el grupo de comunicación estadounidense, Time Warner obtendría un 25% del sello discográfico fusionado y dos consejeros en la nueva compañía.

La oferta no sorprendió a los involucrados, y tampoco lo hicieron los contactos entre BMG y Sony, oportunamente filtrados a la opinión pública. También Sony lleva ya meses en "conversaciones informales".

Expertos del sector afirman que todo ello encaja dentro del pulso que mantienen los cuatro competidores de Universal, líder del mercado, y que esto no significa que el plan original, la fusión BMG con Warner Music, esté descartado. Aunque los cinco grandes sellos musicales ya se repartan el 75% del mercado mundial, siguen presionados para reducir costes, sobre todo a través de una fusión.

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