Reportaje:FÚTBOL | Segunda jornada de Liga

Otro 'abuelo' para el Deportivo

El conjunto gallego repesca al portero camerunés Songo'o, de 39 años

Vuelven la sonrisa y los leotardos que protegieron la portería del Deportivo en aquella gloriosa temporada 1999-2000, la del primer título de Liga del club gallego. Con 39 años de edad, cuando su carrera parecía extinguida tras dos cursos en Francia, el último incluso en la Segunda División, el risueño Jacques Songo'o regresa a Riazor con una curiosa misión: ocupar el tercer puesto en el escalafón de los guardametas de la plantilla y, de paso, contagiar su alegría al vestuario. Tras la jubilación de Donato, el Depor vuelve a tener en su nómina al abuelo del campeonato.

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Vuelven la sonrisa y los leotardos que protegieron la portería del Deportivo en aquella gloriosa temporada 1999-2000, la del primer título de Liga del club gallego. Con 39 años de edad, cuando su carrera parecía extinguida tras dos cursos en Francia, el último incluso en la Segunda División, el risueño Jacques Songo'o regresa a Riazor con una curiosa misión: ocupar el tercer puesto en el escalafón de los guardametas de la plantilla y, de paso, contagiar su alegría al vestuario. Tras la jubilación de Donato, el Depor vuelve a tener en su nómina al abuelo del campeonato.

Nada excita más a Augusto César Lendoiro, el presidente del Deportivo, que sorprender con fichajes inesperados. Esta vez se ha superado a sí mismo. La pasada semana, con el plazo para inscribir las nuevas incorporaciones a punto de cerrarse, el Depor dejó atónitos a sus seguidores al anunciar la repesca de Songo'o, que había abandonado el equipo dos años antes para clausurar teóricamente su carrera deportiva en Francia, el país que le adoptó como futbolista de élite y el que popularizó su parecido con el actor cinematográfico Eddie Murphy y su impenitente afición a la música reggae.

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El cancerbero africano había concluido su contrato con el Metz, un final muy poco lustroso y en el que vivió la amargura de un descenso a Segunda. Aparentemente resignado a la jubilación, Songo'o regresó este verano a A Coruña, la ciudad en la que su familia y él habían decidido establecerse cuando le llegase el momento del retiro. Y coincidió con que en el Deportivo acababa de surgir un problema. Los dos porteros que cubrían las ausencias del titular, Molina, cambiaron de aires. Juanmmi pidió el traspaso al Murcia, el equipo de su tierra, recién ascendido a Primera, y Dani Mallo se fue cedido al Elche. El club blanquiazul fichó entonces a Munúa, del Nacional de Montevideo, pero pronto se percató de que iba a tener que prescindir de él en varias ocasiones a lo largo de la temporada debido a las convocatorias de la selección uruguaya. Así que, ante la eventualidad de que Molina sufriese algún percance, sólo le quedaría la opción de David Yáñez, un chico de la cantera. Lendoiro se acordó entonces de Songo'o. Le llamó al club y el acuerdo se firmó de inmediato.

El camerunés sabe que sólo está en la plantilla para cubrir alguna emergencia. Pero ni a él ni al entrenador, Javier Irureta, parece incomodarles lo más mínimo la situación. "Songo'o supo ser el primer guardameta de la plantilla, supo también ser el segundo y ahora sabrá ser el tercero", vaticinó el técnico. "Es un chico extraordinario y contribuirá a crear ambiente en el vestuario".

Aunque Munúa ya viajó esta semana para jugar con su selección, Songo'o no estará finalmente en el banquillo en el duelo de esta noche, ante el Athletic, en Riazor, porque Irureta ha querido tener un último detalle con Yáñez en agradecimiento por los servicios prestados a lo largo de la pretemporada.

En todo caso, Songo'o ya se ha planteado un íntimo desafío personal: llegar a enfrentarse en el rectángulo de juego a su hijo, un prometedor delantero enrolado en los juveniles del Barcelona.

Songo'o.

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