"El adolescente es un autómata del poder consumista"

Salvador Compán, ubetense de 53 años, ha publicado este año su quinta novela, Tras la mirada (Planeta), y ha pasado el verano a la caza de una nueva historia. "Algo que me movilice para lanzarme al ordenador". El éxito de su anterior obra, Cuaderno de viaje, que fue finalista del Premio Planeta 2000, no le ha apartado de las aulas en las que enseña Lengua y Literatura hace tres décadas. El escritor dirige uno de los cinco talleres del Encuentro Internacional de Arte que la Universidad Pablo de Olavide había programado para hoy en Carmona y que ha aplazado hasta primavera.

...

Salvador Compán, ubetense de 53 años, ha publicado este año su quinta novela, Tras la mirada (Planeta), y ha pasado el verano a la caza de una nueva historia. "Algo que me movilice para lanzarme al ordenador". El éxito de su anterior obra, Cuaderno de viaje, que fue finalista del Premio Planeta 2000, no le ha apartado de las aulas en las que enseña Lengua y Literatura hace tres décadas. El escritor dirige uno de los cinco talleres del Encuentro Internacional de Arte que la Universidad Pablo de Olavide había programado para hoy en Carmona y que ha aplazado hasta primavera.

Pregunta. ¿No ha sentido la necesidad de dedicarse por completo a la literatura?

Respuesta. Las clases me gustan y no son incompatibles con la literatura. Además, la independencia económica me permite escapar a las presiones de editoriales o al gusto del público. Para mí significan libertad.

P. Y sus alumnos, ¿cree que los jóvenes tienen actualmente la suficiente libertad?

R. Ellos tienen unos condicionantes mayores que los que tuvo mi generación. Reciben más presión de los medios de comunicación y los modos de conducta se los marcan los anuncios y la moda. Los jóvenes tienen una gran esclavitud revestida de aparente libertad.

P. ¿La situación se ha agravado con el tiempo?

R. Sí, aunque es un proceso lento, casi imperceptible. Pero cada vez más el adolescente es un autómata del poder consumista.

P. Además de sus novelas, usted ha publicado relatos, pero nunca poesía.

R. Soy un poeta aficionado. Mi historia es de lo más común, cualquiera con aficiones literarias empieza escribiendo poesía.

P. ¿Cuándo empezó usted?

R. En la preadolescencia. Como decía Juan Ramón Jiménez, con el primer enamoramiento. Con la poesía ves rápidamente la concreción de la obra y es el mejor cauce para el yo, para el mundo interior y todo lo subjetivo.

P. Después de publicar Tras la mirada, ¿se ha tomado un descanso?

R. Sí, he recorrido Irlanda en coche. Es un país maravilloso por su cultura, la alegría de su gente y los paisajes; a pesar de que ha sido un viaje de infarto circulando por la izquierda por carreteritas minúsculas en las que sólo cabía un coche.

P. ¿Siempre sale fuera de España en vacaciones?

R. Normalmente hago un viaje así y luego en agosto, cuando todo está tan lleno, me refugio en un reducto en el que todavía tenemos relativa tranquilidad. Es en La Herradura (Granada), en La Punta de la Mona, en vecindad con Zapatero [José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE]. Estábamos a unos metros, lo sé por el revuelo, pero creo que soy el único de la playa que no se ha cruzado con él.

P. ¿Cuáles han sido las mejores vacaciones de su vida?

R. Cuando tenía 5 años y me llevaron a Almería a conocer el mar. Fue la felicidad completa o, al menos, así lo recuerdo.