¿Vista alegre?

Un año más, los bilbaínos y bilbaínas, como dice nuestro querido alcalde, asistimos a las fiestas de la villa con espíritu festivo y alegre, a pasearnos por las txosnas y tascas, a disfrutar de los espectáculos de calle, a ver cómo el Gargantúa hace la digestión con nuestros hijos, al jolgorio, algunos al vicio, los más a la borrachera crónica... y el toro al hoyo.

Este animal que dicen bravo se va de este mundo sin probar pipas Facundo gracias a la avaricia y crueldad de los empresarios taurinos que se hacen de oro y a la desidia de muchas personas. Muere asesinado en la plaza a...

Un año más, los bilbaínos y bilbaínas, como dice nuestro querido alcalde, asistimos a las fiestas de la villa con espíritu festivo y alegre, a pasearnos por las txosnas y tascas, a disfrutar de los espectáculos de calle, a ver cómo el Gargantúa hace la digestión con nuestros hijos, al jolgorio, algunos al vicio, los más a la borrachera crónica... y el toro al hoyo.

Este animal que dicen bravo se va de este mundo sin probar pipas Facundo gracias a la avaricia y crueldad de los empresarios taurinos que se hacen de oro y a la desidia de muchas personas. Muere asesinado en la plaza ante la mirada atónita y la impotencia de un número cada vez mayor de ciudadanos que no cesamos de reivindicar la abolición de este espectáculo medieval, más propio de unos tiempos no demasiado pretéritos de ejecuciones en la plaza del pueblo, que de una sociedad posmoderna bien entradita en el siglo XXI.

De todas formas, personalmente yo me quedo más tranquila sabiendo que el lehendakari como representante político ha asistido a este vilipendio taurino, porque a veces ciertos discursos sobre la paz y la no violencia confunden, y una se acaba preguntando si no hizo mal al abstenerse en las últimas elecciones autonómicas. Gracias, señor lehendakari por apoyar públicamente La Salvajada. Me ayuda a saber con quiénes no tengo que estar.