Español para extranjeros | HUMOR

De Chiquito a Delibes

Es importante que el extranjero elija bien el modelo a imitar para practicar un español mínimamente decente. No es lo mismo intentar hablar como Miguel Delibes que como Chiquito de la Calzada. El primero dignifica el idioma con un dominio de las palabras que le permite escribir escenas de caza que parecen filmadas por Teo Escamilla: "Disparé dos tiros en la jornada: perdiz y liebre. La primera un pájaro repullado, apoyado en el viento, de pico, al que naturalmente ni tropecé y, en cambio, acerté a una liebre levantada por Juan a más de cuarenta metros y que el propio Juan y mi nieto Jorge cobr...

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Es importante que el extranjero elija bien el modelo a imitar para practicar un español mínimamente decente. No es lo mismo intentar hablar como Miguel Delibes que como Chiquito de la Calzada. El primero dignifica el idioma con un dominio de las palabras que le permite escribir escenas de caza que parecen filmadas por Teo Escamilla: "Disparé dos tiros en la jornada: perdiz y liebre. La primera un pájaro repullado, apoyado en el viento, de pico, al que naturalmente ni tropecé y, en cambio, acerté a una liebre levantada por Juan a más de cuarenta metros y que el propio Juan y mi nieto Jorge cobraron a la carrera entre los tomillos bajos". Es una prosa de redacción de escuela en día lluvioso, que invita a escribir mordiéndose la lengua, con prudencia reverencial, procurando que la caligrafía esté a la altura de cada palabra.

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Chiquito de la Calzada es otra cosa: practica un español trasnochador. Con menos vocabulario que Delibes, levanta castillos de pirotecnia verbal. Es un creador y, como tal, utiliza las normas para transgredirlas (a ver si sólo van a poder utilizar tópicos los articulistas fetén). "Quietorr", "fistro", "comorr" y "diudeno" son algunos de sus gritos de guerra. "Tedascuén", su muletilla-franquicia. Es un humorista adicto a historias sin sentido, cuyo interés radica sobre todo en escucharle expresarse en esa jerga indomable, más futurista que española. De vez en cuando, para recordar a los felices súbditos de Chiquitistán que también sabe hablar y que se le entiende, suelta un chiste convencional ("Una pastelería tan sucia tan sucia que el cabello de ángel tenía caspa, jooor"). Si, por azares de la vida, el extranjero llega a España habiendo practicado un español de casetes de Chiquito, no conseguirá que le entiendan, pero, por lo menos, tendrá pagadas muchas copas. Porque hablar con exquisito gusto, desplegando el vocabulario adecuado para cada ocasión, no está demasiado bien visto. Por eso conviene incluir ciertas imperfecciones. En televisión es habitual que profesionales del idioma pronuncien algunas palabras mal. Lo hacen aposta, los muy populistas: creen que así se asemejarán más a sus espectadores y que eso repercutirá favorablemente en los índices de audiencia. Cuando el escándalo de la Asamblea de Madrid, por ejemplo, con aquel baile de corruptelas y Playstation estropeadas, a muchos periodistas audiovisuales les dio por decir "corrución", comiéndose la pobre p que separa la u de la segunda c de corrupción. Y, para enfatizar sus argumentos, dicen "asolutamente", versión aproximada de "absolutamente". Cuando se refieren a una pizza, dicen "picha", con perdón. Eso por no hablar de David Beckham. ¿Por qué demonios le llamarán Debi Bécan?

Ejercicio del día: traduzca al español Delibes la siguiente frase de Chiquito de la Calzada: "Pol la gloria de mi madre que eres más feo que el sobaco de una cucaracharrl". Traduzca al castellano Chiquito la siguiente frase de Delibes: "Mi pueblo, visto de perfil, desde el camino que conduce a Molacegos del Trigo, flanqueado por los postes de la luz que bajan del páramo, queda casi oculto por la Cotarra de las Maricas".

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