Reportaje:

Una cárcel hecha de miedo

Un joven homosexual de Córdoba pide un cambio de vivienda por temor a unos vecinos que le agredieron

José Manuel Varona ha podido vivir durante cuatro años escuchando los insultos que un grupo de jóvenes, vecinos del Polígono del Guadalquivir, en Córdoba, le lanzaban por ser homosexual. "Nunca me ha gustado, pero seguía adelante sin hacer caso", explica. Pero el pasado 21 de junio, este joven de 20 años vio cómo los ataques verbales se convirtieron en agresión física. Ocurrió delante de su hermana y de su madre, Mercedes Infante.

Mientras su madre había estado al margen, Varona soportó que le llamaran "maricón" infinidad de veces. Pero después de la agresión física, en la que su herman...

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José Manuel Varona ha podido vivir durante cuatro años escuchando los insultos que un grupo de jóvenes, vecinos del Polígono del Guadalquivir, en Córdoba, le lanzaban por ser homosexual. "Nunca me ha gustado, pero seguía adelante sin hacer caso", explica. Pero el pasado 21 de junio, este joven de 20 años vio cómo los ataques verbales se convirtieron en agresión física. Ocurrió delante de su hermana y de su madre, Mercedes Infante.

Mientras su madre había estado al margen, Varona soportó que le llamaran "maricón" infinidad de veces. Pero después de la agresión física, en la que su hermana se llevó algún zarandeo, le cuesta la misma vida salir a la calle.

Las "patadas en la cabeza y el resto del cuerpo", precisa su madre, no le han ocasionado secuelas físicas, pero han atemorizado a José Manuel Varona. Aún ayer tenía la mirada perdida. Este joven, que ha recibido el apoyo del Colectivo de Lesbianas y Gays, no desea que su problema se traslade a su familia. Y el asunto parece que no ha hecho más que empezar porque Mercedes Infante asegura que tras la "paliza" han recibido amenazas de los familiares de los agresores para que retiren la denuncia.

Varona solicitó ayer al Ayuntamiento de Córdoba el cambio de la actual vivienda de protección oficial que su familia ocupa y su traslado a otra zona de la ciudad. "El resto de vecinos me apoya porque nunca he tenido problemas con nadie", explica.

El abogado de este joven, José Palomino, afirma que su indefensión es absoluta, ya que sólo se atreve a salir a la calle protegido por su familia, a la que precisamente quería mantener al margen. Su casa se ha convertido en una especie de cárcel del miedo. La familia y su abogado entienden que, a falta de otras soluciones para la seguridad de Varona, el traslado es la única forma de que pueda llevar una vida tranquila e incorporarse, en septiembre, al puesto de jardinero que le han ofrecido.

José Palomino asegura que, al no haber tratamiento médico ni quirúrgico por las lesiones sufridas, la agresión se queda en una falta. "Desde que se presentó la denuncia no ha habido ninguna medida judicial cautelar; en este caso, como en el de los malos tratos, la acción judicial es insuficiente", subraya el abogado.

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La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, que ayer recibió al afectado y su familia, les explicó que consultará a la Junta de Andalucía la posibilidad de traslado a otra vivienda protegida lejos de la actual. José Manuel Varona, su madre, su hermana y sus tres sobrinas viven con un sueldo de 360 euros. Varona aseguró ayer que si tuviera dinero ya se habría ido de su particular cárcel.

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