Necrológica:

Guillermo González, periodista comprometido contra la dictadura uruguaya

Guillermo González, periodista uruguayo de larga trayectoria, director del semanario Brecha, prisionero durante la dictadura cívico-militar que padeció Uruguay entre 1973 a 1985, falleció el pasado 26 de junio en Montevideo.

Su muerte priva a ese país de un periodista excepcional, y a sus compañeros y amigos, de un ser humano de inusual ternura y generosidad. Perteneció a una generación de periodistas que se nutrió de las enseñanzas profesionales y éticas del recordado semanario Marcha, fundado en 1939 por Carlos Quijano y dirigido por él hasta su clausura definitiva por l...

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Guillermo González, periodista uruguayo de larga trayectoria, director del semanario Brecha, prisionero durante la dictadura cívico-militar que padeció Uruguay entre 1973 a 1985, falleció el pasado 26 de junio en Montevideo.

Su muerte priva a ese país de un periodista excepcional, y a sus compañeros y amigos, de un ser humano de inusual ternura y generosidad. Perteneció a una generación de periodistas que se nutrió de las enseñanzas profesionales y éticas del recordado semanario Marcha, fundado en 1939 por Carlos Quijano y dirigido por él hasta su clausura definitiva por la dictadura en 1974. Junto a Quijano colaboraron en diversas etapas nombres como los de Onetti, Benedetti, Galeano, Carlos María Gutiérrez y también Guillermo González, entre muchos otros. La muerte en el exilio en México privó a Quijano de su sueño de reeditar Marcha en Uruguay.

Cuando restauradas las libertades públicas tras el retiro pactado con los militares, un grupo de exiliados vinculados al semanario recogió la herencia y el desafío de fundar Brecha, como continuación de Marcha, Guillermo estuvo entre los primeros. Tenía una rica experiencia profesional de su paso por diversos medios, de orientaciones muy dispares en lo que había dado testimonio de su idoneidad y honestidad, sin abdicar de sus convicciones, que no eran otras que su compromiso con la justicia, la solidaridad y la lucha por un Uruguay mejor. Tal vez por ello, cuando el reino del terror de Estado y la arbitrariedad se instalaron en el país, Guillermo marchó a la cárcel. Salió de ella con el mismo espíritu bonachón, ruidosamente alegre, contando cómo procuraba ocultarse en su celda cuando llegaba alguna inspección internacional de organismos de derechos humanos, porque su voluminosa figura de ciento y pico kilos podía dar la apariencia de una abundante alimentación proporcionada por sus carceleros.

Se vinculó a Brecha desde su fundación en 1985, donde, hombre de vasta cultura y enorme sensibilidad, fue responsable de diversas secciones. Por decisión de sus compañeros fue elegido director, cargo que desempeñó hasta su muerte. Su espíritu dialogante, su enorme comprensión para los planteamientos que no coincidían con los suyos, fueron decisivos para enfrentar los problemas de una publicación independiente, como Brecha, que nunca contó con apoyos o simpatías de los poderes oficiales, además de una situación económica del país en un deterioro imparable que no cesa.

Su último aporte a Brecha, cuando ya estaba herido de muerte, lo escribió desde el hospital, para una separata del semanario sobre el 30º aniversario del golpe de Estado de 1973. Con su habitual e implacable honestidad formulaba una autocrítica a la generación a la que él pertenecía, en relación "a la peor fecha en la historia de Uruguay".-

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