Las fiestas como negocio

La popularidad de los sanfermines s fiestas pamplonesas fuera de nuestras fronteras han convertido a los sanfermines en un destino muy apetecible. Y las ganas de muchas personas de conocer en directo la emoción entrevista por televisión se traduce en euros. Cada vez son más las empresas que ofrecen el disfrute de estas fiestas como premio o incentivo a sus clientes o trabajadores. Y esta tendencia, muy acentuada en los últimos años, está haciendo que se mercantilicen hasta puntos extremos los ritos esenciales de los sanfermines.

Es lo que sucede con las ocho corrida...

La popularidad de los sanfermines s fiestas pamplonesas fuera de nuestras fronteras han convertido a los sanfermines en un destino muy apetecible. Y las ganas de muchas personas de conocer en directo la emoción entrevista por televisión se traduce en euros. Cada vez son más las empresas que ofrecen el disfrute de estas fiestas como premio o incentivo a sus clientes o trabajadores. Y esta tendencia, muy acentuada en los últimos años, está haciendo que se mercantilicen hasta puntos extremos los ritos esenciales de los sanfermines.

Es lo que sucede con las ocho corridas de la Feria del Toro. Ya sea por el deseo de ver la lidia o el espectáculo alternativo de las peñas en el tendido de sol, los abonos de la plaza suelen estar vendidos con mucha anticipación. Y en la reventa los precios se disparan. Este año, en los exteriores del coso pamplonés, y fuera de taquilla, lógicamente, se han llegado a pagar 2.600 euros por dos abonos de tendidos de sombra, una cifra que multiplica el precio original de las diez entradas.

Un lugar tan poco relevante de una casa como es el balcón, en Pamplona y si está situado en el lugar adecuado, puede convertirse del 6 al 14 de julio en una mina de oro. Son reseñables las cifras que se pagan por poder disfrutar del encierro desde una balconada de cualquier tramo de la cuesta de Santo Domingo o las calles Mercaderes y, sobre todo, Estafeta. En este caso, el pack que ofrecen algunas agencias locales suele verse completado con un tradicional chocolate con churros matinal. Más de una familia pamplonesa prefiere perder una hora de intimidad y ganar un buen puñado de euros. Y la cantidad no es poca: dos balcones en primera línea de asta pueden costar más de 3.000 euros si se alquilan durante todas las fiestas.

Como ejemplo más significativo de lo útiles que puede llegar a ser los sanfermines se ofrece este año el ejemplo de la empresa navarra Saltoki. Al cumplir las bodas de plata de su fundación, sus directivos vieron como mejor manera de agradecer la fidelidad de sus habituales clientes acercarlos hasta la Pamplona más festiva. Así, ni cortos ni perezosos, han invitado a los diferentes profesionales que confían en esta empresa de suministros a venir a la capital navarra el fin de semana del 11 al 13 de julio.

La invitación supone 1.300 camas de hotel, el 40% de la capacidad hotelera pamplonesa de esos días, para alojar a los clientes de la firma, cena en uno de los mejores hoteles y, tras la fiesta nocturna, la reserva de varios balcones del recorrido del encierro, incluido uno en el edificio consistorial, cedido por el Ayuntamiento. Además, Saltoki ha comprado 1.300 entradas para asistir al final de la carrera en la Plaza de Toros. En suma, 600.000 euros que cuesta la broma. Todo sea por ganar la fidelidad del cliente.

[El de ayer fue día de recuerdos en Pamplona, al cumplirse 25 años de los trágicos sanfermines de 1978, suspendidos tras los graves incidentes originados por una carga policial en la plaza de Toros y la muerte de un disparo en la cabeza de Germán Rodríguez. Familiares y amigos de este militante de LKI y representantes de las peñas le homanajearon en el monolito que recuerda el suceso].