Los alardes tradicional y mixto desfilan en Irún por separado sin incidentes

Irún volvió a vivir ayer dividida la fiesta de San Marcial, pero al menos esta vez apenas se produjeron incidentes. El Alarde tradicional, en el que las mujeres sólo pueden participar como cantineras, y el Alarde mixto, en el que aquéllas pueden tomar parte también como soldados, desfilaron por separado y a diferentes horas por las mismas calles. No faltaron, sin embargo, los insultos a los integrantes del desfile mixto, que contó con mayor apoyo popular que en años anteriores.

El Alarde tradicional,compuesto por unos 8.000 soldados y 19 cantineras, partió a las 8.25 de la plaza de Urda...

Irún volvió a vivir ayer dividida la fiesta de San Marcial, pero al menos esta vez apenas se produjeron incidentes. El Alarde tradicional, en el que las mujeres sólo pueden participar como cantineras, y el Alarde mixto, en el que aquéllas pueden tomar parte también como soldados, desfilaron por separado y a diferentes horas por las mismas calles. No faltaron, sin embargo, los insultos a los integrantes del desfile mixto, que contó con mayor apoyo popular que en años anteriores.

El Alarde tradicional,compuesto por unos 8.000 soldados y 19 cantineras, partió a las 8.25 de la plaza de Urdanibia. Minutos antes, un grupo de defensores del desfile mixto mostró una pancarta con el lema Emakumeak Alardean (Las mujeres en el Alarde) y lanzó pegatinas con la misma frase. Parte del público respondió con pitidos y las compañías arrancaron finalmente sin problemas.El desfile en el que el papel de la mujer se limita al de cantinera, organizado en la actualidad por una asociación privada con la autorización del Ayuntamiento, llegó sobre las 9.00 a la plaza San Juan, donde se encuentra el Consistorio. Allí, bajo los aplausos de miles de personas, el general pasó revista a las tropas y la Junta del Alarde Tradicional entregó su propia bandera de la ciudad a la compañía Bidasoa, representantiva del municipio, y a la escuadra de hacheros.

Estos rituales fueron seguidos desde el balcón consistorial por el alcalde, el socialista José Antonio Santano, y otros miembros de la corporación. Por el contrario, el balcón permaneció cerrado y vacío cuando alrededor de dos horas después llegó a la plaza del Ayuntamiento el Alarde mixto, que, tras dos años sin organizarse de forma paralela al tradicional, en esta ocasión discurrió bajo la forma legal de manifestación autorizada por el Departamento de Interior.

Santano esgrimió esta formalidad para excusar su ausencia en el balcón consistorial. "El Ayuntamiento como tal lo único que tiene es una notificación de Interior de que un grupo de ciudadanos va a hacer una manifestación. No tenemos constancia formal de que vaya a haber un alarde y, por tanto, no estaremos en el Ayuntamiento", explicó el alcalde

a los medios de comunicación.

Insultos al desfile mixto

Y lo anunció poco antes de que comenzara el Alarde mixto, que partió también de la plaza de Urdanibia, pero a las 11.00, de acuerdo con el horario establecido por Interior, a fin de evitar posibles enfrentamientos en la celebración del desfile que conmemora la victoria del pueblo de Irún sobre las tropas francesas en 1522.

El desfile mixto, integrado según sus organizadores por unas 800 personas, arrancó arropado por los aplausos de cientos de personas, que sumaban un número mayor que en otras ocasiones. Sin embargo, tanto durante el recorrido como en la plaza del Ayuntamiento no faltaron los pitidos de los detractores de la participación de la mujer como soldado, quienes insultaron a los integrantes del Alarde mixto con expresiones como "putas", "maricones", "feas" y "payasos". Poco antes de terminar el desfile, varias personas lanzaron vasos de plástico llenos de bebida contra sus integrantes, por lo que la Ertzaintza intervino para abrir paso.

En cualquier caso, Txaro Arribas, portavoz de la Junta del Alarde mixto, calificó de éxito el desfile. "Esto es imparable", afirmó. Eso sí, criticó la actitud del alcalde y la negativa del Ayuntamiento a participar en la organización de un alarde no discriminatorio. Santano había declarado poco antes que "no se le puede pedir ni a un alcalde ni a un Ayuntamiento que vaya contra su pueblo y exija algo que es imposible, si una gran mayoría no quiere que las mujeres salgan como soldados". Por ello, apostó por dos alardes privados.