El plantón de Los Verdes suma argumentos a los socialistas contrarios a repetir el pacto

El debate de la comunidad en el Parlamento cierra el periodo con el refrendo de 150 propuestas

La diputada de Los Verdes adscrita al grupo socialista, Inmaculada Gálvez, aguó ayer al PSOE el fin de fiesta parlamentario. Satisfechos por el transcurso del debate de la comunidad, la ausencia en las votaciones de Gálvez fastidió a los socialistas, que hicieron grandes esfuerzos por transmitir normalidad. El incidente, sin embargo, despeja el terreno a quienes no quieren repetir el acuerdo, como reconoció con un refrán un alto cargo: "No hay mal que por bien no venga". El propio presidente de la Junta, Manuel Chaves, quitó hierro el suceso: "Ya no queda mucho para terminar la legislatura"....

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La diputada de Los Verdes adscrita al grupo socialista, Inmaculada Gálvez, aguó ayer al PSOE el fin de fiesta parlamentario. Satisfechos por el transcurso del debate de la comunidad, la ausencia en las votaciones de Gálvez fastidió a los socialistas, que hicieron grandes esfuerzos por transmitir normalidad. El incidente, sin embargo, despeja el terreno a quienes no quieren repetir el acuerdo, como reconoció con un refrán un alto cargo: "No hay mal que por bien no venga". El propio presidente de la Junta, Manuel Chaves, quitó hierro el suceso: "Ya no queda mucho para terminar la legislatura".

La ausencia de Gálvez no tuvo ninguna consecuencia parlamentaria para el PSOE, entre otros cosas, porque faltaron dos diputados del Partido Popular. Los socialistas sacaron adelante, muchas de ellas por unanimidad, sus 35 propuestas de resolución presentadas como colofón del debate del estado de la comunidad. Cuando a primeras horas de la jornada de ayer ya estaban convencidos de que su diputada no acudiría, los socialistas intensificaron los contactos con sus socios del PA y, sobre todo, con Izquierda Unida, para no perder votaciones más allá de las esperadas, como la que reclamaba elecciones autonómicas en solitario.

Gálvez había anunciado que no iría por que no se aceptaban sus propuestas de resolución, que finalmente fueron recogidas y aprobadas por unanimidad de la Cámara. También alegó su enfado por el acuerdo del PSOE, junto con IU, con ex concejales del GIL en Estepona.

La inocuidad del episodio de ayer no oculta la gravedad de fondo de la situación. El voto de Gálvez es el que sostiene la raspada mayoría absoluta del Gobierno de Manuel Chaves (52 votos del grupo socialista y tres del andalucista). "No estoy especialmente preocupado y además, ya no queda mucho para terminar la legislatura", aseguró ayer el presidente de la Junta, cuando se le preguntó sobre la amenaza de la diputada verde a pasar al mixto. Ayer alguien colocó en uno de los escaños de este grupo: "Reservado Dip. Verde".

El portavoz socialista, José Caballos, no quiso abundar en esa posibilidad, aunque recordó que tan sólo queda un periodo de sesiones para que acabe la legislatura y tan sólo un proyecto importante -el de los Presupuestos de la comunidad- que requiera mayoría absoluta.

Los socialistas hicieron grandes esfuerzos por aparentar normalidad -hubo risas y comentarios jocosos por la tardanza de la diputada-y minimizar el acto de indisciplina. Tampoco oficialmente se quiso prejuzgar si el incidente impedirá la reedición de un nuevo pacto de legislatura PSOE-Los Verdes. "No tengo autorización para aventurar eso, pero bueno no es", aseguró Caballos. Otros dirigentes, nada proclives al acuerdo, lo interpretaron en clave interna y como una razón más para no repetir experiencia: "No hay mal que por bien no venga". Mientras que un tercer grupo apremiaba: "Lo que queremos saber es si esto obedece a una cuestión personal o estratégica. Son ellos los que tienen que resolver sus problemas internos".

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Gálvez chafó el optimismo que transmitían los socialistas por el desarrollo de dos días de debate de la comunidad. El grupo parlamentario del PSOE, los miembros del Consejo de Gobierno y muchos dirigentes provinciales eran plenamente conscientes de que el presidente de la Junta se "jugaba mucho externa e internamente" en la sesión, en palabras de un consejero, tras los resultados municipales y la grave crisis de la Comunidad de Madrid.

En este partido se salió ayer con la impresión de que Manuel Chaves presentó iniciativas de futuro con las que desbarató el fin de ciclo que vaticina el Partido Popular. Y sobre todo, con el convencimiento de que logró trasmitir un mensaje de optimismo a los suyos, después de que en la noche electoral del pasado 25 de mayo admitiera ante las cámaras que esperaba mejores resultados. Con su actuación de estos dos días, según varios dirigentes, el secretario general ha pasado página sobre aquella primera impresión y ha "salido con ganas y fuerzas para decir que hay un proyecto claro para largo".

Los socialistas apreciaron -y en esto coinciden dirigentes de IU- que la jefa de la oposición y candidata a la Junta, Teófila Martínez, no aprovechó la ocasión del debate para presentar una alternativa creíble de gobierno y que se "perdió" en criticar la gestión del Ejecutivo con excesivo detalle. Versión contraria mantienen desde las filas populares, donde se concedió un notable a su presidenta, especialmente, en los turnos de réplica a Chaves y en la firmeza de su cuerpo a cuerpo con el presidente de la Junta, con el que, añaden, mantuvo en todo momento la altura.

Al igual en que los discursos de Chaves y Martínez, en los del resto de los portavoces pesó el clima preelectoral y la premura por vender proyectos propios. El portavoz del PA, José Calvo, se centró en los logros de las consejerías de Turismo y Relaciones Institucionales, gestionadas por su partido, mientras que el de IU, Antonio Romero, intentó en todo momento destacar la opción de izquierda alternativa de la federación frente a la involución conservadora. Pedro Pacheco, del grupo mixto, fue más por libre y se inclinó por la crítica mordaz.

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