Reportaje:TEATRO

Juana de Arco vuelve a escena

El sentido dramático y el poder de comunicación de Arthur Honegger (1892-1955) alcanza su máxima intensidad en Juana de Arco en la hoguera, el primero de sus dos oratorios sobre textos de Paul Claudel. A pesar de su ambigüedad formal, a medio camino entre la ópera y el oratorio, la partitura constituye uno de los más fascinantes logros escénicos de la música del siglo XX. El director italiano Daniele Abbado asume el reto de mostrar su fuerza escénica hoy en el Palacio Carlos V de Granada, en un montaje dirigido musicalmente por Josep Pons que cuenta con los actores Aitana Sánchez-Gijón ...

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El sentido dramático y el poder de comunicación de Arthur Honegger (1892-1955) alcanza su máxima intensidad en Juana de Arco en la hoguera, el primero de sus dos oratorios sobre textos de Paul Claudel. A pesar de su ambigüedad formal, a medio camino entre la ópera y el oratorio, la partitura constituye uno de los más fascinantes logros escénicos de la música del siglo XX. El director italiano Daniele Abbado asume el reto de mostrar su fuerza escénica hoy en el Palacio Carlos V de Granada, en un montaje dirigido musicalmente por Josep Pons que cuenta con los actores Aitana Sánchez-Gijón y Dario Grandinetti en los personajes de Juana y Hermano Domingo.

Definida por el propio autor como "un oratorio dramático en un prólogo y once escenas", Juana de Arco en la hoguera se estrenó en versión de concierto en 1938 en Basilea (Suiza), con la célebre bailarina y actriz Ida Rubinstein en el papel titular. Durante la II Guerra Mundial, se convirtió en una obra de resistencia, en un alegato contra las dictaduras que se abrió paso en la Francia ocupada por los nazis, y, en la década de los cincuenta, diferentes puestas en escenas, para cine y teatro, situaron la obra en la memoria mitómana de varias generaciones, especialmente la producción de Roberto Rossellini para el teatro San Carlo de Nápoles (1950) con Ingrid Bergman en el papel de Juana, que recorrió los grandes teatros de Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y llegó al Gran Teatro del Liceo de Barcelona en diciembre de 1954. Las tres funciones que ofreció el coliseo lírico barcelonés entraron en la leyenda liceísta, pero la obra de Honegger no tuvo una segunda oportunidad en los escenarios españoles.

Casi cincuenta años después de su única representación en España, Juana de Arco en la hoguera vuelve a escena como gran apuesta del 52º Festival Internacional de Música y Danza de Granada en una coproducción con el teatro Masimo de Palermo dirigido escénicamente por Daniele Abbado, hijo del famoso director de orquesta Claudio Abbado, con escenografía e iluminación de Giovanni Carluccio, vestuario de Carla Teti, coreografía de Giovanni di Cicco y dirección de vídeos de Luca Scarzella.

La belleza y la imponente arquitectura del Palacio de Carlos V marca cualquier puesta en escena y Abbado, que estrenó el montaje el pasado mes de enero en Palermo, habla de una nueva versión concebida para el festival granadino. "Es una versión absolutamente nueva en su concepción escénica, ya que es imposible trasladar un montaje creado para un teatro a un espacio único y tan extraordinario como el Palacio de Carlos V, que es en sí mismo un espectáculo. Hemos mantenido el vestuario y las proyecciones en vídeo que ilustran la acción, pero todo lo demás es nuevo", dice Abbado.

En el texto poético de Paul Claudel (1868-1955), la visión del mundo medieval potencia los aspectos misteriosos del ambiente en que Juana vivía, dejando un gran espacio a la alegoría y los elementos mágicos. En la obra, Honegger logra una soberbia síntesis escénica reflejando en la música los aspectos místicos, líricos y dramáticos del texto poético: Juana aparece en la hoguera desde el principio de la obra, y, en un inmenso flash back, recuerda su infancia, su lucha contra los ingleses, su proceso y su condena. "Es una obra de enorme impacto dramático, llena de contrastes y con una dimensión espiritual y política estremecedora, porque la muerte de Juana es el fracaso de un pueblo incapaz de creer en sus propios ideales", explica Abbado.

"Ese espíritu de libertad, de denuncia del horror del nazismo y el fascismo, está en la puesta en escena de Daniele Abbado, que ha sabido aprovechar al máximo la magia de un espacio arquitectónico único por su belleza y su buena acústica para las voces", comenta Josep Pons.

"Es una obra muy especial, ambigua, entre la ópera y el oratorio, con una mezcla de papeles hablados y cantados que resulta fascinante precisamente por el contraste del lenguaje popular y religioso que está en la partitura, con partes cantadas en francés y en latín, y textos hablados que ofrecemos en castellano. Honegger era partidario de su traducción a la lengua del país en que se representara la obra para asegurar su perfecta comprensión", comenta el director de escena.

La Orquesta Ciudad de Granada y la masa coral -integrada por el Coro de la Generalitat Valenciana y el Coro de la Presentación de Granada- rodearán al amplio equipo de cantantes y actores que intervienen en el montaje, del que se ofrecerá una segunda representación el próximo lunes. En los papeles cantados actuarán Milagros Poblador (voz y la Virgen), Miki Mori (Margarita), Itxaro Mentxaca (Catalina), José Manuel Zapata (Porcus y el Clérigo), Carlos Cossías (voz y Heraldo I) y José Antonio López (voz y Heraldo).

"Los papeles cantados son puntuales, y por la disposición de la orquesta en el escenario, los cantantes deberán actuar teniendo al director de espaldas, con lo que los riesgos aumentan", explica Pons, al tiempo que habla del esfuerzo realizado por los actores. "Me he quedado maravillado ante el alto sentido musical de Aitana Sánchez-Gijón y Dario Grandinetti, que han asimilado perfectamente el texto en función de la música con una precisión increíble".

Para Enrique Gámez, director artístico del Festival de Granada, la ópera responde a una demanda imparable del público. "Por limitaciones del presupuesto, no podemos afrontar ni más funciones ni más títulos, pero seguiremos ofreciendo un título cada año, poniendo el acento en el gran repertorio del siglo XX", afirma Gámez.

Dario Grandinetti y Aitana Sánchez-Gijón, en el ensayo de 'Juana de Arco en la hoguera'.MARÍA DE LA CRUZ

Música, palabra, diálogo

LA PRESENTACIÓN en España del conjunto barroco Le Concert d'Astrée, dirigido por Emmanuelle Haim y la versión de La condenación de Fausto, de Berlioz, que clausurará el festival el próximo 6 de julio, con el Orfeón Donostiarra y la Orquesta del Capitole de Toulouse, dirigidos por Michel Plasson, son otras dos apuestas estelares en una programación que apunta hacia la música del siglo XX y la recuperación del patrimonio histórico. A la presencia de Maria João Pires, Viktoria Mullova, Claus Peter Floor, la mezzosoprano argentina Bernarda Fink , el Cuarteto Brodsky y el Protecto Guerrero, con una panorámica de la nueva generación de compositores españoles en César Camarero, Mercedes Zavala, José Manuel López López, Santiago Lanchares, José María Sánchez-Verdú, se suman este año propuestas como las del conjunto Al Ayre Español, dirigido por Eduardo López Banzo (obras barrocas de Bach y Torres), el grupo Alla Francesca (Cantigas de Santa María) y el Ensemble Elyma, dirigido por Gabriel Garrido, que rescatan la música de la catedral de Oaxaca (México). El cantaor Enrique Morente, la música clásica del norte de la India de la mano de Hariprasad Chaurasia, el arte del laudista marroquí Saïd Chraïbi, y el homenaje a Rafael Alberti a cargo del Cuarteto Paco Aguilar y José Luis Pellicena se irán combinando en la programación con espectáculos de danza de Nacho Duato y la Compañía Nacional de Danza, el Ballet de la Ópera Nacional de Lyón y el Nederlands Dans Teather, y Carolyn Carlson en el Teatro Alhambra.

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