Vázquez: "Esto sólo puede obedecer a una encerrona"

Los empresarios Francisco Bravo Vázquez y su tío Francisco Vázquez Igual rechazaron ayer responder sobre si participaron en la deserción de los dos diputados electos del PSOE Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. Los dos acudieron a trabajar como un día cualquiera a su empresa, Euroholding de Inversiones Financieras e Inmobiliarias, en el municipio madrileño de Villaviciosa de Odón.

Ambos empresarios salieron por separado de las oficinas de Euroholding, un local situado en una céntrica plaza de la localidad madrileña.

Francisco Bravo, que se encargó de reservar dos habitaciones par...

Los empresarios Francisco Bravo Vázquez y su tío Francisco Vázquez Igual rechazaron ayer responder sobre si participaron en la deserción de los dos diputados electos del PSOE Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. Los dos acudieron a trabajar como un día cualquiera a su empresa, Euroholding de Inversiones Financieras e Inmobiliarias, en el municipio madrileño de Villaviciosa de Odón.

Ambos empresarios salieron por separado de las oficinas de Euroholding, un local situado en una céntrica plaza de la localidad madrileña.

Francisco Bravo, que se encargó de reservar dos habitaciones para los diputados socialistas desertores, no quiso contestar a las preguntas de EL PAÍS. De hecho, se protegió con el brazo izquierdo cuando vio que el reportero gráfico iba a fotografiarle. Sin embargo, su tío, Francisco Vázquez, se mostró mucho más receptivo. Señaló que no entendía cómo les relacionaban con el diputado Eduardo Tamayo y toda la trama de supuesta corrupción. "Acabo de llegar del extranjero y me he encontrado con esta papeleta, de la que por supuesto no tengo ni idea", señaló Vázquez. "Esto sólo puede obedecer a una encerrona".

El empresario reconoció que había estado en dos ocasiones con Tamayo, aunque no precisó ni cuándo ni de qué temas trataron en esos encuentros. "No tengo la imagen de Tamayo entre mis manos todo el día", añadió. "No entiendo por qué nos vinculan con él".

"Ahora mismo no puedo hablar, sobre todo, por el gran revuelo que se ha formado. Cuando podamos, quizá se aclare todo esto". Con estas dos frases zanjó las preguntas de este periódico y se subió a un Mercedes gris conducido por un socio de su empresa.