Amor a los animales
Todas las mañanas, antes de ir al trabajo, paseo a mi perra unos 15 minutos. Para mí es una forma estupenda de empezar el día (los perros tienen la habilidad de transmitir su alegría), lo que, sin embargo, debe de molestar a determinados tipos de personajes: el que chasquea la lengua con fastidio porque odia cruzarse con un perro, el que vocifera "¡qué asco de perros!" sin observar la bolsa negra que llevo en la mano, o ese prototipo de madre que protege con su cuerpo a sus hijos (que, por cierto, no entienden por qué) como si se les fuera a echar encima un psicópata.
Y todo esto ante u...
Todas las mañanas, antes de ir al trabajo, paseo a mi perra unos 15 minutos. Para mí es una forma estupenda de empezar el día (los perros tienen la habilidad de transmitir su alegría), lo que, sin embargo, debe de molestar a determinados tipos de personajes: el que chasquea la lengua con fastidio porque odia cruzarse con un perro, el que vocifera "¡qué asco de perros!" sin observar la bolsa negra que llevo en la mano, o ese prototipo de madre que protege con su cuerpo a sus hijos (que, por cierto, no entienden por qué) como si se les fuera a echar encima un psicópata.
Y todo esto ante una perrita cocker color canela (recogida de la perrera de la Comunidad tras ser abandonada por su estupendo antiguo dueño), a la que, por supuesto, paseo siempre con correa (por su seguridad, no por la de los demás). Que el que quiera saque conclusiones.