Reportaje:

No hay manera de sonar

La canción del centenario atlético, de Joaquín Sabina, aún sin estrenar, sigue en paradero desconocido por los problemas entre la discográfica y el club

Misterio. Había una canción del centenario atlético, dicen, pero nadie la ha oído más de una vez. Ni entera. Ha desaparecido oculta bajo las carnívoras alfombras de las oficinas de BMG Ariola y las del Vicente Calderón. Se sabe que Joaquín Sabina, con voz de impenitente bebedor de cazalla, ha rimado las penas y los orgullos de la afición rojiblanca. Pero no hay ni rastro del acento áspero del músico andaluz entonando aquello de "qué manera de palmar, qué manera de vencer, qué manera de vivir". Las canciones, pequeñas estrofas rimadas, estribillos y mudanzas armoniosos, pasan de generación en g...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Misterio. Había una canción del centenario atlético, dicen, pero nadie la ha oído más de una vez. Ni entera. Ha desaparecido oculta bajo las carnívoras alfombras de las oficinas de BMG Ariola y las del Vicente Calderón. Se sabe que Joaquín Sabina, con voz de impenitente bebedor de cazalla, ha rimado las penas y los orgullos de la afición rojiblanca. Pero no hay ni rastro del acento áspero del músico andaluz entonando aquello de "qué manera de palmar, qué manera de vencer, qué manera de vivir". Las canciones, pequeñas estrofas rimadas, estribillos y mudanzas armoniosos, pasan de generación en generación gracias al boca a boca. La tonada del centenario seguía esa senda, a pesar de que nunca ha sonado completa en ninguna parte, incluido el estadio Calderón. Sí sonó en las radios, incompleta, y con eso bastó para que calase el estribillo. El tema se grabó algunoss días antes del día 26 de abril, el día de la fiesta del centenario, cuando estaba previsto que se presentase. Pero ni sonó ese día, ni ha sonado ningún otro. La última oportunidad de que lo haga en el estadio antes de que acabe la Liga es el domingo ante el Madrid. Pero parece que tampoco.

"Hoy mismo han quedado en mandarme el contrato con la discográfica por el ordenador", explica Emilio Gutiérrez, el director general de márketing del Atlético. Casi siempre que se habla con Gutiérrez, el asunto está a punto de solucionarse. Pero no termina de arreglarse desde el mes de abril. "Nosotros hemos hecho renuncias, hemos aceptado sus condiciones, pero ni siquiera así reaccionan", dice el responsable de la mercadotecnía rojiblanca. En la discográfica, Pilar Puerto, jefa de producto, se despacha con una gráfica sentencia: "Que yo sepa ese asunto no va ni para atrás ni para adelante". Eso sí, el presidente de la compañía, Carlos López, asegura que el acuerdo está muy próximo y augura que la canción sonará el domingo.

El pacto al que llegó el Atlético con Pancho Varona, autor de la música de la canción y promotor de la idea, fue el de pagar la canción para quedársela. Por el momento, nadie ha visto un euro. Pero la pretensión del Atlético es que los beneficios de la canción sirvan, en principio, para cubrir los gastos de la entidad. Después, una vez cubierta esa partida, se repartirían los beneficios al cincuenta por ciento con la discográfica.

Hasta la fecha, la canción de Sabina no ha sonado en su versión definitiva en ninguna parte. Se ha oído a hinchas cantar parte de su estribillo con voces desafinadas. Se ha visto la ingeniosa letra reproducida en libros, periódicos y revistas. Se han visto fotos de Germán Burgos o Ketama, abrazados y, supuestamente, entonando el tema. Pero oírlo, lo que se dice oírlo entero, nadie que no sea de una de las dos partes de la tirante negociación. O BMG Ariola, la propietaria de los derechos de Sabina, o el Atlético, el promotor de la idea y el mecenas de la canción. Precisamente, desde el club se insiste en que no hay "propósito de explotación comercial". Al paso que van, ni el club ni nadie podrá explotar un tema que ya acumula sobre sus versos el polvo de dos meses en paradero desconocido.

Joaquín Sabina.LUIS MAGÁN

Archivado En