AGRICULTURA

Aragón controla con satélites los nuevos regadíos de Los Monegros

Un equipo de científicos hace el seguimiento ecológico de lagunas saladas

Un equipo de investigadores de la Diputación de Aragón emplea las imágenes de satélites para el seguimiento de los nuevos regadíos de la zona de Los Monegros, de alto interés ecológico.

La unidad de suelos y riegos del Servicio de Investigación Agroalimentaria ha desarrollado una aplicación que ofrece un método para controlar las lagunas saladas. "Apenas hay datos de campo y poco se sabe cómo funcionan las lagunas desde el punto de vista histórico", explica Carmen Castañeda, responsable del proyecto.

Las saladas son un medio natural con agricultura de secano y ahora van a sufrir ...

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Un equipo de investigadores de la Diputación de Aragón emplea las imágenes de satélites para el seguimiento de los nuevos regadíos de la zona de Los Monegros, de alto interés ecológico.

La unidad de suelos y riegos del Servicio de Investigación Agroalimentaria ha desarrollado una aplicación que ofrece un método para controlar las lagunas saladas. "Apenas hay datos de campo y poco se sabe cómo funcionan las lagunas desde el punto de vista histórico", explica Carmen Castañeda, responsable del proyecto.

Las saladas son un medio natural con agricultura de secano y ahora van a sufrir una fuerte transformación agrícola al meter regadío hasta alrededor de algunas depresiones, pero también con la entrada de maquinaria.

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"Eso va a modificar toda la dinámica hidrológica y los ciclos de inundación y secada de las saladas, la flora y la fauna actual, incluso las que estén catalogadas como endémicas", añade Castañeda.

Lagunas protegidas

Parte de estas lagunas se ha llegado a proteger y otras no porque "hay un conflicto histórico entre la implantación del regadío y la defensa de zonas de especial protección para aves, catalogadas de interés internacional".

El equipo no entra en estos temas, sino en "ofrecer unas herramientas, metodologías, e información que puedan ayudar a los gestores del territorio", asegura María Auxiliadora Casterad, investigadora.

Ya se ha aprobado llevar el regadío a las zonas de la parte sur de Bujaraloz. La Unión Europea paralizó durante varios años el proceso de transformación porque se denunció que el regadío no tenía en cuenta la importancia de los hábitats.

El Gobierno aragonés se vio obligado a delimitar las zonas de protección para las aves, y ahora se vuelve a trabajar. Castañeda ha publicado un libro sobre la metodología que facilita el control de estas zonas.

Actualmente también se realizan tesis y trabajos de investigación y hay estudios hidrológicos que destacan la fragilidad del medio ante la implantación del regadío, hecho que no se ha tenido en cuenta para planificar el territorio.

El grupo de teledetección combina los datos de satélite y los sistemas de información geográfica para obtener nuevos conocimientos y modelos del funcionamiento del territorio.

"Hemos explotado las imágenes teniendo en cuenta su resolución espacial y temporal; es una información muy valiosa que antes no existía y con ella se puede plantear el seguimiento", señala Castañeda.

Imágenes por radar

A partir de ahora incorporarán imágenes de radar. Proporcionan información del terreno distinta y muy interesante para conocer la dinámica de las lagunas (humedad del suelo, textura, cambios en la superficie de los fondos, etcétera) sin depender de las condiciones atmosféricas.

El empleo de la teledetección es útil para el desarrollo de aplicaciones agrarias y ambientales: el estudio, seguimiento y evolución de los regadíos y factores que les pueden influir y alterar, la gestión del agua de riego y el control de su aplicación y aplicaciones de interés agroforestal y ambiental.

En el futuro entrarán en temas que proporcionen información adicional para mejorar la gestión de los regadíos y crear aplicaciones encaminadas a la agricultura de precisión.

Laguna desecada entre Bujaraloz y Sastago.JESÚS CISCAR

El método Irrivol para estimar el volumen de riego

El grupo de investigación desarrolla el proyecto Irrivol, que permite predecir, estimar y cartografiar volúmenes de riego a partir de datos del terreno, agrometeorológicos y de satélite.

Irrivol se ha aplicado durante varios años en un regadío; "y hemos visto que es válido porque hemos comparado sus estimaciones con las facturaciones del agricultor a la Confederación Hidrográfica", asegura Casterad.

Aparte de conocer la cantidad de agua y localizar dónde está, con Irrivol se estima el agua en áreas donde no hay facturaciones; por ejemplo, la que se extrae de pozos y acuíferos, y ajustarla a la zona.

En un sistema de riegos como el altoaragonés, cuyos embalses se conectan con los regadíos por una red de canales que permite elegir los desembalses de uno u otro reservorio, Irrivol permitiría optimizar la gestión del agua.

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