Reportaje:

Un teatro con 400 años

Una intensa rehabilitación descubre el Corral de Comedias de Alcalá

La rehabilitación y recuperación del teatro Cervantes de Alcalá de Henares, conocido en el siglo XVII como el Corral de Zapateros, ha tenido fascinados a hispanistas y expertos de medio mundo desde que en 1981 tres jovencísimos alcalaínos descubrieran la existencia de este espacio, considerado el único en Occidente en el que a lo largo de diversas etapas se ha venido representando teatro desde 1602.

Todo empezó cuando aquellos estudiantes encontraron una pequeña pista y sus investigaciones les encaminaron al entonces recién clausurado teatro Cervantes. Excitados con la expectativa de lo...

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La rehabilitación y recuperación del teatro Cervantes de Alcalá de Henares, conocido en el siglo XVII como el Corral de Zapateros, ha tenido fascinados a hispanistas y expertos de medio mundo desde que en 1981 tres jovencísimos alcalaínos descubrieran la existencia de este espacio, considerado el único en Occidente en el que a lo largo de diversas etapas se ha venido representando teatro desde 1602.

Todo empezó cuando aquellos estudiantes encontraron una pequeña pista y sus investigaciones les encaminaron al entonces recién clausurado teatro Cervantes. Excitados con la expectativa de lo que podía venírseles encima, comenzaron su trabajo de campo en el propio edificio. Y todo se les vino encima. Bajo el polvo de siglos de olvido fue emergiendo un corral de comedias del tiempo de Cervantes, construido a semejanza del desaparecido Corral de la Cruz de Madrid.

Es una plataforma en la que pueden convivir representaciones clásicas y experiencias contemporáneas

Dos de los jóvenes, que nunca se han separado de este proyecto, Juan Sanz y Miguel Ángel Coso, recabaron colaboración internacional. Contaron con apoyo inmediato de especialistas e hispanistas mundialmente conocidos, hasta el punto de que John Varey, prestigioso profesor de la Universidad de Londres, les apadrinó y les ayudó a convocar un congreso internacional con la participación de grandes expertos para definir las directrices del proyecto que tenían que abordar.

A partir de ahí se inició un largo trabajo de restauración dirigido por el arquitecto José María Pérez Peridis.

Lo que desde ayer se puede ver es un auténtico museo que muestra lo que era un corral de comedias del siglo XVII (1601); que una vez techado y añadida la embocadura del escenario, pasó a ser un coliseo del XVIII (1769); que una vez distribuidos los palcos alrededor de una elipse, es un teatro romántico del XIX (1831); que con una pantalla de proyección es un cinematógrafo (que acogía teatro de variedades) en el XX, y que viendo las dotaciones técnicas que se le han incorporado, es un teatro futurista del XXI. "Es un espacio encantado, donde lo que más impresiona es el crisol de contaminación que entre estos periodos se establece", decían ayer sus descubridores.

Lo cierto es que este nuevo teatro por el que pretenden peregrinar especialistas de medio mundo y al que se le han dedicado en las dos últimas décadas grandes espacios en numerosas publicaciones internacionales, es una plataforma en la que pueden convivir las representaciones de teatro clásico, tal y como se hacían en sus orígenes, con las experiencias contemporáneas más innovadoras.

John J. Allen, hispanista de la Universidad de Kentucky y experto mundial en el Corral del Príncipe de Madrid (hoy teatro Español) y en la obra de Cervantes, ha cogido el testigo de Varey y está pendiente del futuro del teatro Cervantes, al que aún no está claro si se le llamará Corral de Comedias de Alcalá. Ayer afirmaba que está viviendo un acontecimiento de capital importancia para los estudiosos de la evolución del teatro europeo: "Los especialistas más destacados han seguido con sumo interés la saga de este teatro durante veinte años, muchos de nosotros apostamos por no sacrificar ninguno de los avatares teatrales que habían ocupado este espacio y decidimos conservarlo todo, algo que se ha conseguido con una restauración única", dijo ayer. Ese futuro será su uso como museo de sí mismo y de la historia de 400 años de teatro, pero técnicamente se ha preparado para acoger manifestaciones teatrales vivas.

En el acto inaugural de este espacio había una gran emoción contenida no sólo por parte de hispanistas (encabezados por John Allen) o responsables de cultura como Bartolomé González, alcalde saliente de Alcalá de Henares, o Alicia Moreno y Carlos Baztán, de la Comunidad de Madrid.

Aquellos jóvenes investigadores también estaban allí. Tenían 22 años más, a los que sumar las consabidas canas, pero también un presente profesional brillante. Hoy son dos conocidos escenógrafos a los que se les ha galardonado, entre otros, con el Premio Max. El año que viene presentarán en el mítico Globe de Londres una exposición durante cuatro meses sobre ingeniería teatral antigua.

El teatro Cervantes acogerá desde pasado mañana representaciones del Festival Clásicos de Alcalá y a partir del próximo día 17 estará abierto al público de martes a domingo.

Aspecto del Corral de Comedias de Alcalá tras su restauración.EFE

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