Crítica:CRÍTICAS

Revisando (pero mal) a los clásicos

Las peripecias de un joven que tiene que poner en orden su más bien disparatada vida para poder cumplir las caprichosas condiciones que le permitirán acceder a una cuantiosa herencia no es un tema precisamente nuevo en la historia del cine: nada menos que Buster Keaton, en Las siete ocasiones, inventó un escenario parecido, periódicamente revisado por el cine comercial, sin llegar jamás a los poéticos hallazgos del original.

Redundante y tediosa, previsible hasta la náusea y poblada de personajes sin la menor consistencia psicológica, la película saquea casi con saña todo tipo de...

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Las peripecias de un joven que tiene que poner en orden su más bien disparatada vida para poder cumplir las caprichosas condiciones que le permitirán acceder a una cuantiosa herencia no es un tema precisamente nuevo en la historia del cine: nada menos que Buster Keaton, en Las siete ocasiones, inventó un escenario parecido, periódicamente revisado por el cine comercial, sin llegar jamás a los poéticos hallazgos del original.

¡A LO GRANDE!

Director: Justin Edgar. Intérpretes: Luke de Woolson, Melanie Gutteridge, Simon Lowe, Lee Oakes, Mirren Delaney, Emma Catherwood, Lucy Voller, Morweena Banks. Género: comedia, Reino Unido, 2000. Duración: 80 minutos.

Redundante y tediosa, previsible hasta la náusea y poblada de personajes sin la menor consistencia psicológica, la película saquea casi con saña todo tipo de recursos escatológicos -eructos, pedos, esas sutilezas-, recurre con obsesión incomprensible a una música comercial y machacona y, para mayor escarnio, hace gala de una ideología patriarcal y trasnochada que hace de ella una tonta provocación sólo para amantes del humor deslenguado y cuartelero.

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