Caos en Construmat

Construmat, la segunda feria de construcción más importante de Europa, abrió sus puertas el pasado lunes. La organización da cifras impresionantes sobre el número de expositores, los metros cuadrados que ocupa la feria..., pero lo que no explica es el caos que sufren tanto los visitantes como las empresas expositoras.

Me referiré en concreto al sistema para tomar los datos por parte de las empresas expositoras. Hasta la pasada edición, cuando un visitante quería dejar sus datos a una empresa expositora, en lugar de dejar la típica tarjeta de papel libraba la tarjeta magnética de visitan...

Construmat, la segunda feria de construcción más importante de Europa, abrió sus puertas el pasado lunes. La organización da cifras impresionantes sobre el número de expositores, los metros cuadrados que ocupa la feria..., pero lo que no explica es el caos que sufren tanto los visitantes como las empresas expositoras.

Me referiré en concreto al sistema para tomar los datos por parte de las empresas expositoras. Hasta la pasada edición, cuando un visitante quería dejar sus datos a una empresa expositora, en lugar de dejar la típica tarjeta de papel libraba la tarjeta magnética de visitante al expositor y éste la pasaba por un aparato que, conectado a un ordenador, recogía los datos. El sistema era simple, pero funcionaba y los vistantes no tenían que esperar.

Este año, las mentes pensantes de Construmat nos han sorprendido con un nuevo sistema llamado Firakey. Es un sistema intranet mediante el cual los datos quedan almacenados en un disco duro común al que se puede acceder (tanto por parte del visitante como del expositor) a través de Internet. Resultado: el sistema se cuelga casi siempre con el agravante de que hasta unos minutos después de pasar la tarjeta magnética no se sabe si los datos del posible cliente se han grabado o no, lo cual implica carreras por los pasillos intentando localizar al visitante para probar de nuevo.

Con este panorama, muchos expositores hemos decidido volver al clásico sistema de la tarjeta magnética antes de terminar mareados de tanto correr por la feria.