Szeemann dirigirá la primera Bienal Internacional de Arte de Sevilla en 2004

La Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla es ya una realidad. El comisario suizo Harald Szeemann, responsable de las dos últimas ediciones de la Bienal de Venecia, dirigirá la primera edición en otoño de 2004 en el monasterio de La Cartuja, sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Durante tres meses, artistas plásticos de todo el mundo mostrarán su trabajo bajo el lema La alegría de mis sueños, un verso de una canción de Camarón que Szeemann ha elegido para ilustrar el espíritu de este primer encuentro. "La vuelta al optimismo que ha inundado el arte en los años nov...

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La Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla es ya una realidad. El comisario suizo Harald Szeemann, responsable de las dos últimas ediciones de la Bienal de Venecia, dirigirá la primera edición en otoño de 2004 en el monasterio de La Cartuja, sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Durante tres meses, artistas plásticos de todo el mundo mostrarán su trabajo bajo el lema La alegría de mis sueños, un verso de una canción de Camarón que Szeemann ha elegido para ilustrar el espíritu de este primer encuentro. "La vuelta al optimismo que ha inundado el arte en los años noventa", dijo ayer Szeemann, un creador de exposiciones desde 1957 que ha dirigido, entre cientos de proyectos, la Documenta 5 de Kassel (Alemania).

La galerista Juana de Aizpuru, quien a finales de los años setenta intento crear la feria internacional de arte Arco en Sevilla sin éxito por falta de respaldo institucional, ha conseguido poner en marcha la Fundación Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla, una iniciativa privada que se constituyó el pasado jueves con 27 fundadores y seis colaboradores.

"Venecia, Estambul y São Paolo son las bienales más importantes del mundo. Queremos que Sevilla entre a formar parte de ese itinerario internacional del arte contemporáneo", explicó Juana de Aizpuru que lleva cuatro años trabajando en este proyecto.

"Encontrar el equilibrio entre mi lógica narrativa y la libertad creativa de los artistas es lo que convierte cada exhibición en un reto", afirmó Szeemann, quien a sus 69 años conserva intacta su arrolladora capacidad de trabajo.

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