ELECCIONES 25M | La derrota de Sevilla eclipsa el avance del PA

El PA se aleja de ser la tercera fuerza y pierde poder

El conflicto interno entre Rojas-Marcos y Ortega vuelve a salir a flote en la búsqueda de culpables

Para esta elecciones el PA se había marcado varias metas: ser la tercera fuerza en Andalucía y subir votos, colar representantes en todas las capitales, aumentar el número de ediles de manera global y que Pedro Pacheco no ganase en Jerez. Sólo ha conseguido dos y casi se puede decir que éstas son como un premio de consolación, porque el fracaso en Sevilla, donde aspiraba cuanto menos a ser determinante y tener en su mano la alcaldía, ha eclipsado su principal avance: 126 concejales más repartidos por los pueblos. Simbolismos y apuestas personales aparte, el dato más relevante es que en lugar d...

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Para esta elecciones el PA se había marcado varias metas: ser la tercera fuerza en Andalucía y subir votos, colar representantes en todas las capitales, aumentar el número de ediles de manera global y que Pedro Pacheco no ganase en Jerez. Sólo ha conseguido dos y casi se puede decir que éstas son como un premio de consolación, porque el fracaso en Sevilla, donde aspiraba cuanto menos a ser determinante y tener en su mano la alcaldía, ha eclipsado su principal avance: 126 concejales más repartidos por los pueblos. Simbolismos y apuestas personales aparte, el dato más relevante es que en lugar de acortar distancia con quien ha sido su competidor en estos comicios -Izquierda Unida-, el PA se aleja y ahora le separa de la federación un 4,27%.

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Los andalucistas no disimularon su decepción al conocer los resultados en la noche electoral. Con expresión circunspecta, Antonio Ortega, secretario general, y Alejandro Rojas-Marcos, presidente, admitieron con el término exacto, "fracaso", lo ocurrido en las capitales y, fundamentalmente, en Sevilla. José Núñez, apuesta personal de Rojas-Marcos y emblema del resto de la organización, se ha quedado como convidado de piedra en el Ayuntamiento (cuatro ediles), donde el PA estaba acostumbrado a gobernar con diferentes combinaciones desde 1991 y, sobre todo, a controlar la codiciada área de urbanismo.

El revés tiene una grave lectura inmediata: la pérdida efectiva de poder. Los andalucista no están en ninguna capital, salvo en Sevilla, y carecen de bandera. Pero hay otra consecuencia que, si no se produce un cambio de última hora que lo remedie, se empezará a ver con claridad en los próximos meses: el conflicto interno entre los partidarios de Ortega y Rojas-Marcos. El batacazo de Núñez y de otras localidades en las que el sector afín a Rojas-Marcos han llevado la voz cantante, sin el concurso del aparato "nacional, han sumado argumentos para el combate.

Desde la dirección regional ya se empieza a decir que Rojas-Marcos ha ido por libre, que no ha querido asumir ninguna de las líneas maestras de la campaña general y, los más espinoso, que la resistencia del partido en Sevilla a contestar a la ofensiva diseñada por IU, y remedada por el PSOE, sobre la especulación urbanísticas ha sido determinante para que el PA no cuente con representación en las capitales. Según reflexiona un dirigente, la estrategia ha funcionado como un eco en las áreas urbanas, aunque de cara al exterior Ortega haya atribuido el escaso apoyo en las ciudades a la ausencia de un poder médiático que apueste por el andalucismo.

Menos votos

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Otra variante para explicar oficialmente el enorme chasco es la bipolarización de la campaña entre PSOE y PP, a quienes el secretario general compara con las "dos alas del peronismo" en España.

Pero las cosas no han ido bien tampoco para la parcela que controla Antonio Ortega. Los votos absolutos han mermado y se han perdido casi 23.000. En porcentajes significa casi un punto (0,96), al pasar del 9,51% al 8,55%. Lejos queda la aspiración de Ortega de convertir al PA en la tercera fuerza de Andalucía y de arrebatar el puesto a Izquierda Unida, a quien los dirigentes del PA han condenado en esta campaña a la desaparición. En el camino se han quedado alcaldías históricas como Algeciras, Écija (pérdida de la mayoría absoluta) o El Viso, pero se han ganado nuevas plazas: Utrera, Lebrija y Cazalla de la Sierra.

El esfuerzo que han hecho los andalucista por incrementar su número de candidaturas (11%) -para que la baja de Pedro Pacheco apenas se notara- ha tenido su recompensa y el número de concejales ha crecido en 126 hasta alcanzar los 670. En cuanto a alcaldías, ha logrado 17 con mayoría absoluta y 20 con relativa (37). Este el dato amable que más destaca el PA. A juicio de Antonio Ortega, tal número de ediles permite un "mapa extenso y homogéneo". No faltan extrapolaciones optimistas que auguran cinco escaños para las autonómicas del año que viene (Sevilla, Cádiz, Córdoba, Huelva y Málaga).

También les queda el consuelo de que tras 24 años de encabezar la lista más votada de Jerez, Pedro Pacheco ha sido superado por el PSOE, aunque las combinaciones de pactos (una probable alianza con el PP) le permita seguir siendo alcalde. De 36 ediles que se llevó del PA en toda Andalucíacuando refundó el PSA, Pacheco ha sacado 55, el 1,51%.

Alejandro Rojas-Marcos -quien se ha pateado por dos veces cada provincia (10.000 kilómetros y más de un centenar de municipios)- dijo en el capítulo de asumir responsabilidades que su partido tendrá que hacer una autocrítica e iniciar una nueva etapa. Durante la campaña fue especialmente beligerante con los socialistas. Llegó a llamar desalojar al PSOE del poder por peldaños: municipales, autonómicas, generales y europeas. El lunes reconoció el fiasco: "Es evidente que el PSOE se ha consolidado como el partido de más poder".

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