Crónica:

A toda pastilla

El histórico triplete en el mítico circuito de Le Mans acentúa la condición de potencia mundial del deporte español

Al margen del estridente mundo del fútbol, el deporte español cotiza este curso como nunca en todo el universo. La fascinante explosión de Fernando Alonso, la consolidación de Pau Gasol en la Liga más profesional del planeta, dos títulos continentales en baloncesto -Barça y Pamesa-, otros dos en balonmano -Ciudad Real y Barça-, 15 medallas en el último europeo de atletismo... Y ayer tres altos podios en motociclismo. Lo nunca visto en una disciplina consolidada en España desde el quijotismo de Ángel Nieto, pero que jamás había copado los focos internacionales con tanto abuso. Dani Pedrosa (125...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Al margen del estridente mundo del fútbol, el deporte español cotiza este curso como nunca en todo el universo. La fascinante explosión de Fernando Alonso, la consolidación de Pau Gasol en la Liga más profesional del planeta, dos títulos continentales en baloncesto -Barça y Pamesa-, otros dos en balonmano -Ciudad Real y Barça-, 15 medallas en el último europeo de atletismo... Y ayer tres altos podios en motociclismo. Lo nunca visto en una disciplina consolidada en España desde el quijotismo de Ángel Nieto, pero que jamás había copado los focos internacionales con tanto abuso. Dani Pedrosa (125cc), Toni Elías (250cc) y Sete Gibernau (MotoGP) tiñeron de épica el mítico circuito de Le Mans. Toda una gesta, tan inesperada como extraordinaria; otro apunte más del carácter competitivo del deportista español, despojado de sus complejos desde el júbilo de Barcelona 92. Hoy día, España está en condiciones de echar un pulso en la alta competición en cualquiera de las grandes disciplinas deportivias, salvo en natación, voleibol, rugby y esquí. Hace tiempo que el español no es un extra de bocadillo en los grandes torneos, los rivales le miran ahora con desconfianza, con destemplanza.

Más información

Ombliguismos aparte, en un domingo con la liga de fútbol en pleno hervidero -deporte en el que este año el calcio ha puesto a rebufo a los clubes españoles-, resulta que no sólo tres pilotos abrieron más gas que nadie en Francia, sino que un golfista madrileño, Ignacio Garrido, hijo de Antonio, uno de los primeros aventureros del swing español, ganó el Campeonato de la PGA, el principal torneo del circuito europeo. Y hubo más. Aitor González fue el mejor en la gran contrarreloj del Giro y otro español, Mikel Arteta, prometedor jugador vasco, se convirtió en el gran icono del fútbol escocés. Al menos para el Glasgow Rangers, al que brindó el título de Liga al marcar un penalti en el último segundo.

Es evidente: el deporte español sigue a toda pastilla.

Arriba, Toni Elías; abajo, a la izquierda, Sete Gibernau; a la derecha, Dani Pedrosa, los tres triunfadores en Le Mans.ASSOCIATED PRESS

Sobre la firma

Archivado En