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26-M, empiezan los pactos

Tras el 25 de mayo, los gobiernos de varias capitales y grandes municipios van a depender de los pactos poselectorales. Los partidos niegan que existan posiciones predeterminadas, aunque el escenario de posibles alianzas ya está en la mente de todas las formaciones, que suman y restan concejales para que cuadren las cuentas que permitan alcanzar mayorías absolutas. En Andalucía, el PSOE parte con la ventaja de poder pactar tanto con IU (su socio en Almería, Granada y Córdoba) como con el Partido Andalucista (su aliado en Sevilla y en el Gobierno autonómico). Por contra, el PP tiene mucho más l...

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Tras el 25 de mayo, los gobiernos de varias capitales y grandes municipios van a depender de los pactos poselectorales. Los partidos niegan que existan posiciones predeterminadas, aunque el escenario de posibles alianzas ya está en la mente de todas las formaciones, que suman y restan concejales para que cuadren las cuentas que permitan alcanzar mayorías absolutas. En Andalucía, el PSOE parte con la ventaja de poder pactar tanto con IU (su socio en Almería, Granada y Córdoba) como con el Partido Andalucista (su aliado en Sevilla y en el Gobierno autonómico). Por contra, el PP tiene mucho más limitadas sus opciones, ya que, en principio, sólo podría llegar a acuerdos puntuales con el PA.

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Por eso una de las claves de la campaña es la cantinela del PP de que hay una "coalición radical" PSOE-IU. El PP es consciente de su escaso margen de maniobra para negociar con fuerzas más pequeñas y con estos mensajes busca una amplia movilización de su electorado. El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, ha buscado el punto débil del argumento del PP y ha puesto el acento en que esta realidad demuestra que el PSOE tiene "capacidad de negociar y de diálogo con un amplio espectro político y con agentes sociales, mientras que Aznar no puede".

La prueba de las dificultades que encuentra el PP para llegar a alianzas es la propuesta que ha formulado (primero el secretario regional, Antonio Sanz, y luego el general, Javier Arenas) para que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada. Una iniciativa que el PSOE interpreta como un intento del PP de curarse en salud. "Es un discurso a la defensiva porque sabe que no va a ganar por mayoría absoluta" en varias capitales, afirma un dirigente socialista. "El PP va a necesitar mayorías absolutas para poder gobernar", añade un mandatario popular.

El PP ha sido la lista más votada en las ocho capitales andaluzas en las dos elecciones municipales anteriores, en 1995 y 1999, lo que supone su principal capital político en una comunidad gobernada históricamente por el PSOE. Mientras que en 1995 los partidos de izquierda no se pusieron de acuerdo para llegar a pactos, lo que permitió al PP mandar en todas las capitales, en 1999, el mapa municipal cambió totalmente: el PSOE consiguió quitar al PP cuatro capitales (Sevilla, Granada, Córdoba y Almería) en virtud de las alianzas poselectorales.

Los socialistas entienden que los problemas que encuentra el PP para llegar a acuerdos obedecen a que "no es un partido de fiar" y ponen de ejemplo la ruptura del pacto antiGIL en San Roque, La Línea y Estepona en este mandato. El cinturón sanitario que los grandes partidos acordaron para bloquear el acceso del GIL al gobierno de estos municipios quedó quebrantado, en opinión del PSOE, cuando el PP absorbió concejales del partido de Jesús Gil. Este pacto sólo se ha cumplido a rajatabla en Ronda.

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Pese a ello, PSOE y PP han expresado su disposición a hacer un pacto para arrebatar al GIL su último e histórico feudo, Marbella, en caso de que el alcalde, Julián Muñoz, no tenga mayoría absoluta. "Un pacto PSOE-PP en Marbella sería por higiene democrática", dice un dirigente socialista. "Se trataría de garantizar la normalidad democrática", afirma uno del PP.

Los socialistas creen "cínico" que los populares clamen ahora contra la coalición "radical" PSOE-IU, cuando en 1999 "pactaron en 14 ayuntamientos" de Andalucía con Izquierda Unida, entre otros Carmona o Tarifa. El PP, por contra, encuentra una razón distinta para explicar sus dificultades para pactar en Andalucía. "Nosotros estamos solos en el centro y en la derecha y todo lo demás es izquierda", dice un dirigente. Y lo cierto es que el centro tampoco es exclusiva del PP y tiene que compartirlo con el PSOE.

Sevilla se ha perfilado como la joya de la corona y la plaza donde será más dura la batalla poselectoral. El PSOE cree que andalucistas y populares pueden pactar con el urbanismo como telón de fondo, mientras que el PP insiste en que los socialistas se aliarán con IU si suman mayoría absoluta, dejando a un lado al PA. "El PA ha llegado a la conclusión de que no le ha ido bien como sucursal del PSOE y ya veremos qué pasa en Sevilla", advierte un dirigente del PP.

En este puzzle hay un sitio donde el lunes 26 puede dejar un resultado paradójico: Almería. El independiente Juan Megino, ex alcalde del PP y que se marchó de este partido tras ser apartado de la candidatura, puede tener la llave del gobierno. ¿Qué pedirá a cambio? Ahí está la clave. Un dirigente provincial del PP que cree que la alcaldía. Otro añade que Megino sólo "quiere hacer daño" al PP y que en ese caso pactará con el PSOE. De momento, Megino ha dicho que lo haría con el PP.

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