FÚTBOL | Liga de Campeones: adiós a la décima

El 'calcio' saca pecho contra las críticas: "El gran Real es pequeño"

Silencio en Roma, clamor en Turín y Milán. No hubo gritos de entusiasmo en la Ciudad Eterna por el triunfo del Juventus sobre el Madrid, que coloca en la final de la Liga de Campeones a dos equipos italianos. Los medios de comunicación, sin embargo, desplegaron ayer toda su imaginación lingüística para expresar el significado de un resultado que en Italia se lee como una revancha. "Magica Juve, matato el Real", rezaba uno de los titulares de la Gazzetta dello Sport

. Volaban los adjetivos para restituir al fútbol italiano el honor perdido, al menos en la pren...

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Silencio en Roma, clamor en Turín y Milán. No hubo gritos de entusiasmo en la Ciudad Eterna por el triunfo del Juventus sobre el Madrid, que coloca en la final de la Liga de Campeones a dos equipos italianos. Los medios de comunicación, sin embargo, desplegaron ayer toda su imaginación lingüística para expresar el significado de un resultado que en Italia se lee como una revancha. "Magica Juve, matato el Real", rezaba uno de los titulares de la Gazzetta dello Sport

. Volaban los adjetivos para restituir al fútbol italiano el honor perdido, al menos en la prensa española. "La Juve jugó sin catenaccio", subrayaba el comentarista de La Stampa, el diario de casa, y "fue más Realista que el Real".

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El mundo futbolístico italiano había encajado muy mal las críticas españolas al juego duro, defensivo y desprovisto de belleza de sus equipos. No había digerido algunos epítetos sobre sus estrellas y esperaba la ocasión de devolver la pelota. La ocasión llegó en la noche del miércoles, con un estadio Delle Alpi hirviente de tifosi y un Juventus que superó al Madrid.

La victoria por 3-1 permitió a los comentaristas echar las campanas al vuelo. Así, se hablaba de "juego perfecto" de la Juve, de "noche mágica" en la que todo funcionó. "Cabeza y corazón, como quería Lippi. Sin miedo, como había anunciado Del Piero. E incluso espectáculo, para hacer enmudecer a los españoles", así describía la Gazzetta la actuación turinesa.

Berlusconi y la Fiat

Una memorable noche que ha proporcionado además un detalle adicional sin precedentes históricos: una final tutta italiana entre el Milan de Silvio Berlusconi y el Juventus de la aristocrática familia Agnelli. Un balón de oxígeno para el primer ministro italiano, perseguido por la justicia y las malas noticias económicas, pero también para la dinastía turinesa, cuya Fiat hace inexorablemente agua con pérdidas trimestre tras trimestre.

Todos constatan con satisfacción que "el grande y temido Real es pequeño", lo bastante como para ser engullido por un equipo entusiasta y voluntarioso, pero más bien del montón. No parece casual que sea el portero de la Vecchia Signora, Buffon, el que reciba la puntuación más alta, un 9, con Del Piero, en las calificaciones del Corriere della Sera.

Pero nada de eso importa. Lo importante, sobre todo en Italia, son los resultados, que avalan la efectividad del calcio. Con lenguaje guerrero-sindicalista, el comentarista del diario milanés, Giorgio Tosatti, resume así el partido: "La Juve guerrera y obrera, con amplios destellos de talento, revoluciona la jerarquía continental; se convierte en la estrella del año; restituye a nuestro fútbol, con el Milan -y sin olvidar al Inter y el Lazio-, el honor comprometido en Corea [en la Copa del Mundo de 2002], legitimando las protestas por los errores sufridos". Un triunfo colosal aunque no guste a todos. Ya lo sabe Tosatti, que invita a "los idólatras del fútbol español" a "marcharse al cine" para no ver la final del día 28 en Old Trafford.

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