LA POLÉMICA INAUGURACIÓN DEL TÚNEL DE MARÍA DE MOLINA

El túnel de María de Molina, el más seguro de la capital, se abrirá mañana al tráfico

El subterráneo dispone de salidas de emergencia cada 250 metros

Los dos kilómetros del túnel de María de Molina serán abiertos mañana al tráfico, tras 19 meses de obras. Este subterráneo -que permitiría a un conductor salir de Madrid y llegar a Barcelona sin parar ante un sólo semáforo- es el mayor construido en el casco urbano y dispone de las mejores medidas de seguridad que se conocen para una obra de este tipo. El túnel sólo cuenta con carriles de salida hacia la autovía de Barcelona (N-II), sin vías de entrada a Madrid, por lo que seguirán formándose atascos en la avenida de América, sobre todo en las horas punta. Al acto de apertura asistirán el alca...

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Los dos kilómetros del túnel de María de Molina serán abiertos mañana al tráfico, tras 19 meses de obras. Este subterráneo -que permitiría a un conductor salir de Madrid y llegar a Barcelona sin parar ante un sólo semáforo- es el mayor construido en el casco urbano y dispone de las mejores medidas de seguridad que se conocen para una obra de este tipo. El túnel sólo cuenta con carriles de salida hacia la autovía de Barcelona (N-II), sin vías de entrada a Madrid, por lo que seguirán formándose atascos en la avenida de América, sobre todo en las horas punta. Al acto de apertura asistirán el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y el presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallardón, lo que ha motivado la crítica de la oposición, debido a que la inauguración se efectuará a sólo dos horas del inicio de la campaña electoral.

El incendio del túnel de Mont Blanc (Francia), ocurrido el 25 de marzo de 1999 y en el que murieron calcinadas 39 personas, hizo cambiar la seguridad de los subterráneos. Por aquellas fechas se estaba diseñando el túnel de María de Molina y sus arquitectos decidieron dotarlo de las mayores medidas de seguridad.

El túnel cuenta con tres carriles. Uno de ellos está destinado a los servicios de emergencia, como ambulancias, policía o bomberos. El gálibo está fijado en 3,80 metros, pero se ha limitado la entrada a vehículos con altura inferior a 3,50 metros, como medida de seguridad. Si el conductor de un vehículo de gran capacidad se despistase, dos enormes vigas frenarían su acceso.

El túnel está vigilado por cámaras de vídeo, colocadas cada 100 metros. Además de controlar la velocidad y la afluencia de coches, dispone de un programa informático que vigila la circulación de los vehículos. Si se produce algún accidente o alguna persona o animal entran en el túnel, el programa detectaría un movimiento distinto al que es capaz de reconocer, lo que haría saltar las alarmas en el centro de control y gestión de túneles, situado en la Gerencia Municipal de Urbanismo y dependiente del área de Obras. En caso de accidente, dos grandes barreras clausurarían los dos accesos del subterráneo y los coches no podrían acceder a su interior.El túnel largo está dotado con una columna seca (tubería libre utilizada por los bomberos para bombear agua) a lo largo de todo el recorrido, con bocas de acceso cada 50 metros. Además, hay extintores colgados en la pared cada 20 metros y una boca de incendios cada 40. Los arquitectos han diseñado las medidas de seguridad basándose en el supuesto accidente de un autobús. Éste generaría gran cantidad de humo y llamas que elevarían la temperatura interior del túnel hasta los 1.200º centígrados. Para evacuar el humo, se han instalado cuatro grupos extractores de gran potencia, con capacidad para sacar al exterior 50 metros cúbicos de humo por segundo, una cantidad muy superior a la que generaría el siniestro.

El hormigón está forrado con una lana mineral que reduciría los 1.200º a 70º para evitar que estalle. El resto de materiales que hay dentro del subterráneo han pasado la norma R/120, que garantiza que son resistentes al fuego al menos durante dos horas. Los bomberos, además, disponen de dos aljibes de 12.000 litros de capacidad cada uno para sofocar las llamas.

El túnel cuenta con un hilo que va de punta a punta que detecta prácticamente al detalle dónde se ha producido un incendio. Este sistema alerta de inmediato al centro de control municipal. Para evitar cortes de suministro eléctrico, el Ayuntamiento ha contratado con las dos compañías eléctricas que operan en Madrid (Iberdrola y Unión Fenosa). Si se produjera un fallo en una de las redes, podría entrar en funcionamiento la segunda. Si se diera el fatídico caso de que ambas tuvieran un problema a la vez, el túnel tiene baterías propias para alimentar toda la señalización y los servicios de seguridad y videovigilancia.

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Las personas que se vieran afectadas por el fuego dispondrían de seis salidas de emergencia dispuestas cada 250 metros. El problema de algunas de éstas es que se encuentran a más de 30 metros de profundidad, por lo que los afectados tendrían que subir escaleras equivalentes a diez o doce plantas, lo que para muchas personas supondría un gran esfuerzo físico. Estas zonas de emergencia cuentan con una ampliación de la calzada, a modo de isletas, de forma que, si se produce una avería o un golpe de chapa, los vehículos afectados podrían estacionar y esperar la llegada de los servicios de emergencia o incluso redactar el parte de accidentes sin que se interrumpiera la circulación. Aparte, cada 50 metros se han instalado postes de medio metro de altura unidos directamente a la estructura del túnel que servirían para enganchar una grúa y hacer de polea en caso de que volcase o se atravesase algún vehículo. Están estudiados para soportar el arrastre de 50 toneladas, muy superior al peso máximo autorizado de vehículos pesados.

El subterráneo dispone de 11 grandes paneles informativos. Cada 150 metros se ha instalado señalización en el techo que indica si el carril está abierto o temporalmente cerrado. Además hay dos semáforos en los accesos que limitan la entrada en caso de grandes retenciones. Los servicios de emergencia disponen de cobertura para sus emisoras.

Al margen de las características técnicas, el túnel ha suscitado polémica por la fecha y el momento de su inauguración (apenas dos horas antes del comienzo de la campaña electoral). PSOE e IU consideran que el PP hace un uso de esta obra con fines partidistas.

Juan Miguel Hernández de León habla con Trinidad Jiménez. En el centro, Álvarez del Manzano, Carlos Riaño, Álvaro Siza y Alberto Ruiz-Gallardón.GORKA LEJARCEGI

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