Reportaje:MUJERES

Las británicas, alejadas del combate cuerpo a cuerpo

MÁS DE 7.000 mujeres de las Fuerzas Armadas británicas participan en la guerra contra Irak en sus respectivas posiciones en los ejércitos de mar, tierra y aire. Conforman el 16% del personal desplazado al Golfo, pero, a diferencia de sus colegas masculinos, su presencia está vetada de la línea directa de combate. Esto es debido a que las británicas están excluidas de áreas que requieren "deliberadamente aproximarse o matar cara a cara al enemigo". No pueden, por tanto, servir en los Royal Marines, la Caballería Real, los Cuerpos Blindados, la Infantería ni en el Regimiento de la Fuerza Aérea....

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MÁS DE 7.000 mujeres de las Fuerzas Armadas británicas participan en la guerra contra Irak en sus respectivas posiciones en los ejércitos de mar, tierra y aire. Conforman el 16% del personal desplazado al Golfo, pero, a diferencia de sus colegas masculinos, su presencia está vetada de la línea directa de combate. Esto es debido a que las británicas están excluidas de áreas que requieren "deliberadamente aproximarse o matar cara a cara al enemigo". No pueden, por tanto, servir en los Royal Marines, la Caballería Real, los Cuerpos Blindados, la Infantería ni en el Regimiento de la Fuerza Aérea.

El papel de la mujer en las Fuerzas Armadas se ha intensificado en los últimos años, y el Ministerio de Defensa promociona una política de igualdad de oportunidades para ambos sexos. Componen el 8% del personal global, y desde 1998 pueden desempeñar el 73% de las funciones del Servicio Naval, el 70% de las del Ejército y el 96% de las de la Aviación. El resto de las tareas son competencia exclusiva de los soldados varones.

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El Gobierno de Blair confirmó el año pasado las limitaciones que todavía sufre la mujer soldado. Basó su decisión en un estudio sobre la efectividad en el combate de ambos sexos que confirma la aptitud de la mujer para luchar en el frente, pero pone en cuestión el mantenimiento de la cohesión de un grupo mixto en situaciones de extremo peligro. Sugiere que la presencia de las soldados en la línea de combate constituye de por sí un riesgo añadido.

En vísperas de la invasión de Irak, un informe denunció al Ejército como "una organización masculina" que está adaptándose gradualmente a la inclusión de la mujer en sus filas. "Hay muchos soldados que piensan que el Ejército debería ser exclusivo de varones", escriben sus autoras, Rachel Woodward y Patricia Winter. El informe también censura a la prensa por difundir la "idea de la soldado como una distracción", retratándola como "objeto sexual" o como "chicazo" que nunca dará la talla de los "soldados genuinos".

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