El Defensor pide a Turismo que respete los méritos al nombrar a altos cargos en el exterior

El nombramiento de directores de las oficinas de Turespaña en el extranjero ha desatado una guerra entre funcionarios que ha llegado hasta los tribunales y el Defensor del Pueblo. Se han recurrido los nombramientos de las oficinas de Bruselas y Roma y antiguos técnicos de información y turismo (TIT) cuestionan el sistema de libre designación y a la comisión evaluadora que propuso a los elegidos. Formaban parte de la misma uno de los candidatos, elegido para dirigir la oficina de Chicago, y la esposa del nuevo responsable de Berlín. En ambos casos se abstuvieron en la deliberación.
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El nombramiento de directores de las oficinas de Turespaña en el extranjero ha desatado una guerra entre funcionarios que ha llegado hasta los tribunales y el Defensor del Pueblo. Se han recurrido los nombramientos de las oficinas de Bruselas y Roma y antiguos técnicos de información y turismo (TIT) cuestionan el sistema de libre designación y a la comisión evaluadora que propuso a los elegidos. Formaban parte de la misma uno de los candidatos, elegido para dirigir la oficina de Chicago, y la esposa del nuevo responsable de Berlín. En ambos casos se abstuvieron en la deliberación.

Enrique Múgica, defensor del Pueblo, ha recomendado a Juan Costa, secretario de Estado de Comercio y Turismo, que se elabore con máxima urgencia el real decreto para regular la organización y provisión de puestos de trabajo de las agregadurías de turismo en las misiones diplomáticas y se respeten "al máximo" los principios de igualdad, mérito y capacidad.

La recomendación del Defensor, que pide que no se convoquen plazas hasta que el decreto entre en vigor, tiene lugar tras el nombramiento de nueve plazas de libre designación para oficinas de Turespaña que ha provocado una queja ante ese organismo de la Asociación de Funcionarios del Antiguo Cuerpo de Información y Turismo del Estado, ya extinguido.

Guerra latente

La citada convocatoria ha destapado la guerra latente entre los antiguos técnicos de información y turismo y los técnicos de la Administración civil (TAC), ahora fusionados en el Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Los primeros denuncian casos de "amiguismo" y que se incumple el requisito de conocer idiomas. Los segundos niegan trato de favor, destacan su formación y dicen que los TIT no aceptan perder privilegios.

El pasado 21 de junio, una comisión formada por un director y tres subdirectores examinó 33 candidaturas y propuso a los elegidos, cuyo nombramiento rubricó Costa. Julio López Astor, que concurría a las plazas de director de las oficinas en Chicago y Miami, formaba parte de dicha comisión. Cuando se abordaron esas plazas abandonó la reunión y se abstuvo.

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En esta comisión estaba Amparo Fernández, subdirectora de comercialización exterior del turismo. Su marido, Álvaro Blanco Volmer, era uno de los 33 candidatos y obtuvo la oficina de Berlín. Fernández abandonó la reunión.

Un portavoz de Turismo señala que los miembros de la comisión sólo evaluaron los méritos y que los nombramientos, de libre designación, correspondieron a Costa.

Julio Rodríguez, ex director de Turespaña de 1987 a 1989, ha recurrido el puesto de director de la oficina de Bruselas que se otorgó a Elena Valdés y argumenta que ésta no domina el inglés.

La plaza de Roma, que se otorgó a María Teresa de la Torre, la recurre Isabel Sánchez. Argumenta una supuesta falta de dominio del italiano de De la Torre. Turismo dice que el idioma se pidió sólo como un mérito a valorar.

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