Reportaje:

Alemania hereda a Soraya

El hermano de la ex emperatriz iraní murió sin tocar la fortuna que recibió

La princesa de los ojos tristes, Soraya Esfandiary Bakhtiary, emperatriz de Irán a los 18 años y repudiada a los 25 por el sah por no darle un heredero, contribuirá después de muerta a reducir el déficit fiscal de Alemania.

El país, llamado a ser la locomotora de la economía europea, atraviesa dificultades para cumplir los criterios de estabilidad fijados por la Unión Europea y se excede en el gasto público. La herencia de Soraya puede suponer un pequeño donativo para mitigar el déficit público alemán.

Todo comenzó con un CD-ROM con 150.000 páginas que un anónimo informante envió...

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La princesa de los ojos tristes, Soraya Esfandiary Bakhtiary, emperatriz de Irán a los 18 años y repudiada a los 25 por el sah por no darle un heredero, contribuirá después de muerta a reducir el déficit fiscal de Alemania.

El país, llamado a ser la locomotora de la economía europea, atraviesa dificultades para cumplir los criterios de estabilidad fijados por la Unión Europea y se excede en el gasto público. La herencia de Soraya puede suponer un pequeño donativo para mitigar el déficit público alemán.

Todo comenzó con un CD-ROM con 150.000 páginas que un anónimo informante envió a la fiscalía de la ciudad alemana de Bochum. El disco contenía datos sobre las actividades de un abogado del Principado de Liechtenstein especializado en la creación de fundaciones destinadas a evadir impuestos. Al tener noticia de la investigación en marcha, un empleado del Dresdner Bank de la ciudad de Colonia se autoinculpó y declaró que el 8 de mayo de 1991 había creado con el incriminado abogado una fundación para la princesa Soraya en Liechtenstein con un fondo de 10 millones de euros procedentes de la indemnización que le pagó el sah con motivo del divorcio el año 1958.

Un individuo quiso hacerse pasar por hijo del hermano de Soraya, pero el ADN le desenmascaró

Soraya hizo correr ríos de tinta en las páginas de las revistas del corazón hasta tal punto que en Alemania esos productos periodísticos reciben el nombre genérico de prensa Soraya. La ex emperatriz bautizó a su fundación con el nombre de Zuccarello, "azucarillo", en italiano, y designó como herederos a su hermano Bijan Esfandiary y varias sociedades protectoras de animales.

Cuando Soraya cerró para siempre sus hermosos ojos verdes a la edad de 69 años y su empleada de la limpieza la encontró muerta en su lujoso piso de París el 26 de octubre de 2001, su hermano Bijan estaba llamado a heredarla, pero, paradojas del destino, sólo vivió una semana más que su famosa hermana y murió sin dejar testamento.

Desde entonces, la herencia de Soraya, estimada en un total de 50 millones de euros, espera sucesor, y más de uno ha intentado hacerse con ella sin tener ni idea de la fundación de Liechtenstein. El que llevó más lejos sus pretensiones fue un individuo de la pequeña ciudad alemana de Siegburg, situada a mitad de camino entre Bonn y Colonia, quien afirmó ser hijo natural del hermano de Soraya. La justicia alemana tomó en serio la pretensión del presunto hijo de Bijan y ordenó la exhumación de sus restos para realizar una prueba de ADN que resultó negativa y sólo sirvió para turbar el eterno descanso del hermano de Soraya y desenmascarar a un impostor.

Otro que intentó hacerse con los 10 millones de euros de la fundación Azucarillo fue el ex secretario del hermano de Soraya. El portavoz del Juzgado de Primera Instancia de Colonia, Jürgen Mannebeck, declaró a mediados de marzo que el secretario privado "presentó un diario de Bijan, el hermano de Soraya, con unas anotaciones que podrían interpretarse como un testamento". El portavoz judicial dijo que las pruebas resultaban muy laboriosas y podrían demorarse semanas por estar escritas en persa, y se requieren dictámenes de expertos que no dejen lugar a dudas.

Los fracasos en legitimar el derecho a la herencia convierten al Ministerio de Hacienda de Renania del Norte y Westfalia como el mejor colocado para llevarse los millones de Soraya, dado que el difunto hermano de la emperatriz residía en ese Estado federado, el más poblado de Alemania. Establecida la ausencia de un heredero legítimo, el dinero, tras una resolución judicial, va al erario público.

El diario británico The Sunday Telegraph citaba este domingo a Hartmut Müller-Gerbes, portavoz del Ministerio de Hacienda, quien declaraba: "El caso de la ex emperatriz Soraya se trata como cualquier otro, aunque está claro que el montante del dinero es muy superior a lo que solemos recibir en estos casos". El diario informa de que las cantidades percibidas por el Gobierno por la ausencia de herederos oscilan entre 4,5 y 7,5 millones de euros cada año. Sostiene Müller-Gerbes sobre la herencia de Soraya: "Estamos capacitados para darle un buen uso, aunque no es posible decir con exactitud en qué lo emplearemos".

La ex emperatriz Soraya, en una imagen de noviembre de 2000.EFE

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