GUERRA EN IRAK | El enfrentamiento PP-PSOE

Zapatero apela a los votantes del PP para que se sumen a un proyecto de "moderación"

El líder socialista denuncia el radicalismo en que ha caído el "Gobierno de hierro" de Aznar

A la misma hora que el presidente del Gobierno, José María Aznar, desde Santiago, encadenaba los destinos de "socialistas y comunistas", el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en Madrid, se presentaba como un político moderado que llama a los votantes decepcionados con el PP para que le ayuden a comenzar una nueva etapa "de moderación, progreso y cohesión de España". Zapatero ofreció diálogo frente a un "Gobierno de hierro, insensible, que no escucha, con alergia a las manifestaciones en libertad, porque de la democracia sólo le gusta el poder".

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A la misma hora que el presidente del Gobierno, José María Aznar, desde Santiago, encadenaba los destinos de "socialistas y comunistas", el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en Madrid, se presentaba como un político moderado que llama a los votantes decepcionados con el PP para que le ayuden a comenzar una nueva etapa "de moderación, progreso y cohesión de España". Zapatero ofreció diálogo frente a un "Gobierno de hierro, insensible, que no escucha, con alergia a las manifestaciones en libertad, porque de la democracia sólo le gusta el poder".

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Después de ser llamado por el Gobierno durante varias semanas "radical", a modo de insulto, el secretario general del PSOE trató de que las tornas se volvieran hacia Aznar, situándolo del lado de los excesos. Zapatero aprovechó un acto en Madrid con mujeres candidatas para las elecciones municipales y autonómicas del próximo 25 de mayo para ofrecerse como presidente a los "votantes decepcionados del PP". La guerra contra Irak determinó todo el discurso.

"Pido el voto a quienes se sienten decepcionados con el PP porque les votaron pensando que lo hacían a una opción moderada. Les pido que confíen en nosotros, y yo ofrezco comenzar una etapa de moderación, progreso y cohesión de España". Y continuó con la oferta: "Ofrezco un Gobierno de moderación y diálogo para integrar al país, no para dividirlo y crisparlo; no un Gobierno de hierro que no siente ni escucha a la gente, como el de Aznar y el PP".

En el auditorio se produjo un momentáneo silencio, tras escuchar a Zapatero ofrecerse a los votantes del PP. Pero enseguida se reaccionó y arreciaron los aplausos, sobre todo cuando el líder socialista defendió con ahínco el derecho de los ciudadanos a manifestarse pacíficamente en las calles para expresar aspiraciones o desacuerdos. En este caso contra el ataque a Irak. Por dos veces, Zapatero tuvo que interrumpir su discurso porque sus seguidores, la mayoría mujeres, se pusieron en pie para corear el "no a la guerra". "Quien tiene alergia a las manifestaciones, a quien discrepa libremente, es que de la democracia sólo le gusta el poder", interpretó.

Trinidad, frente a Gallardón

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Las primeras palabras de Zapatero fueron para recordar "a todas las víctimas" de esta guerra. "Vamos a seguir hasta el último minuto pidiendo que pare la guerra, que Bush no extienda más guerras por el mundo y que la ONU sea el centro del diálogo mundial, ahora sustituido por las bombas y los tanques". Todo lo que para Aznar son ventajas para Zapatero constituye un desastre. El presidente aseguraba casi a la misma hora que España tiene que estar del lado que está en esta guerra por seguridad propia. "Esta posición perjudicará a España y nosotros trabajaremos para que la bandera de nuestro país no esté en las Azores sino en la ONU junto a las demás", opinó Zapatero.

El acto de ayer era puramente preelectoral, en el que la responsable federal de Igualdad, Micaela Navarro, reunía a una representación amplia de mujeres que encabezan candidaturas socialistas a comunidades autónomas y ayuntamientos. Navarro tuvo la felicitación de Zapatero por su trabajo y por la amplia representación, cerca del 47%, de mujeres en las listas. Las candidatas a la comunidad cántabra, Dolores Gorostiaga, cuya intervención tuvo una gran acogida, y a la ciudad autónoma de Ceuta, Antonia Palomo, son las únicas cabezas de lista de comunidades. En este marco se dio la palabra de manera excepcional a un hombre, además de Zapatero: Rafael Simancas, candidato a la presidencia de la comunidad madrileña, que para Zapatero será el próximo presidente. Trinidad Jiménez, candidata a la alcaldía, fue la introductora de Zapatero y no ahorraron elogios mutuos. El secretario general del PSOE le dio este consejo: "Trinidad cuando seas alcaldesa tienes que servir a los madrileños antes que al partido y no como Gallardon que ha dado el taconazo a Aznar apoyando la guerra; este partido quiere personas auténticas y libres".

José Luis Rodríguez Zapatero y Trinidad Jiménez (derecha) aplauden a Rafael Simancas.EFE

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