Le roban y la acusan de ladrona

Cuando se dio cuenta de que le acababan de robar la cartera en un céntrico restaurante de comida rápida de Barcelona, la primera reacción de Marta Guilera fue de indignación. Poca comparada con la que sentiría días más tarde, cuando recibió una citación judicial, acusada de un robo que no había cometido, aunque la policia decía que incluso ya había prestado declaración. Ayer se celebró el juicio y se aclaró el enredo: la delincuente que le robó la cartera fue detenida más tarde por otro robo y se hizo pasar por su primera víctima sin que los agentes lo advirtieran.

El pasado 10 de febre...

Cuando se dio cuenta de que le acababan de robar la cartera en un céntrico restaurante de comida rápida de Barcelona, la primera reacción de Marta Guilera fue de indignación. Poca comparada con la que sentiría días más tarde, cuando recibió una citación judicial, acusada de un robo que no había cometido, aunque la policia decía que incluso ya había prestado declaración. Ayer se celebró el juicio y se aclaró el enredo: la delincuente que le robó la cartera fue detenida más tarde por otro robo y se hizo pasar por su primera víctima sin que los agentes lo advirtieran.

El pasado 10 de febrero, esta joven estudiante de Publicidadde Vilafranca del Penedès entró en un restaurante acompañada de tres amigos. Al salir, cuando recogió su bolso se percató de que había desaparecido su cartera con unos 20 euros y la documentación. Rápidamente denunció el robo en la comisaría de policía, pero el trato, asegura, no fue precisamente exquisito: "Yo sólo era una más".

La cartera no apareció, pero días más tarde Marta Guilera encontró en su buzón una citación de los juzgados y leyó sorprendida que estaba acusada de robar en un establecimiento barcelonés y que el 20 de marzo debía presentarse en el Juzgado número 11 de Barcelona.

La ladrona no sólo se había apoderado de la cartera de Marta Guilera, sino también de su identidad. Tras abandonar el restaurante con el botín, se dirigió a otro establecimiento con idénticas intenciones, pero con menos suerte. La policía la detuvo y le tomó declaración. Pero los agentes no se dieron cuenta de que la detenida se hacía pasar por la propietaria del DNI que había robado pese a que pasó cuatro horas en comisaría, asesorada por un abogado de oficio, y de que su firma no tenía nada que ver con la de Guilera.

Ayer se celebró el juicio, en una sala de verdad y ante un juez auténtico, y todo se aclaró. La sesión no duró demasiado porque la policía admitió que no fue demasiado diligente con una detenida a la que dejó escapar y de la que nada más se ha sabido. Marta Guilera está indignada por el trato que en todo momento ha recibido de la policía y lamenta que la palabra de los agentes valga más que la suya "aunque se hayan equivocado".