Reportaje:

Demasiados millones por Endemol

Casi tres años después de que Telefónica adquiriera la productora holandesa de televisión Endemol, se abren cada vez más interrogantes sobre la operación. El alto precio (4.790 millones de euros, cerca de 800.000 millones de las desaparecidas pesetas) que pagó la operadora, presidida entonces por Juan Villalonga, va a comenzar a ser investigado esta semana por el juez Baltasar Garzón. Pero hay otros aspectos oscuros de aquella operación que aún no se han desvelado, como el reparto de 100 millones de euros entre los ejecutivos y empleados de Endemol entre 2001 y 2002, o el dinero obtenido con l...

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Casi tres años después de que Telefónica adquiriera la productora holandesa de televisión Endemol, se abren cada vez más interrogantes sobre la operación. El alto precio (4.790 millones de euros, cerca de 800.000 millones de las desaparecidas pesetas) que pagó la operadora, presidida entonces por Juan Villalonga, va a comenzar a ser investigado esta semana por el juez Baltasar Garzón. Pero hay otros aspectos oscuros de aquella operación que aún no se han desvelado, como el reparto de 100 millones de euros entre los ejecutivos y empleados de Endemol entre 2001 y 2002, o el dinero obtenido con la venta de acciones de Telefónica por John de Mol, fundador y todavía máximo ejecutivo de la productora creadora de programas de tanto éxito como Gran Hermano u Operación Triunfo.

El precio pagado por Telefónica por Endemol fue casi el triple del valor que tenían las acciones cuando comenzaron las negociaciones, que se suponían secretas
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John de Mol, encarna a la perfección el cambio que supuso la entrada de Telefónica en la productora holandesa. Hace tres años, era un atractivo productor de televisión. Había fundado en 1994 junto a su socio Joop van den Ende la productora Endemol, que en pocos años consiguió que sus más de 500 programas se vieran en 19 países, con unos ingresos anuales de más de 400 millones de euros. Se reconocía abiertamente partidario de un modelo de televisión para "personas que han trabajado duramente durante todo el día", a los que programas como Gran Hermano o Lo que necesitas es amor les permitía relajarse cuando se desploman en el sofá. En esta línea, a De Mol no le importaba declararse como un "joven ordinario más" e hincha del Ajax.

Hoy, De Mol es bastante menos ordinario y a diferencia de los personajes de Gran Hermano no le gusta que le vean y ha restringido al máximo sus apariciones públicas. En esa reserva puede que haya influido que ya no es sólo un genio de la creación de formatos innovadores para televisión sino también un multimillonario por obra y gracia de Telefónica.

El mayor accionista

Y es que cuando Telefónica compró Endemol en 2000, John de Mol, recibió a cambio del 28,18% que poseía de la productora acciones de la compañía española por valor de 1.322 millones de euros. De esta forma, se convirtió en el mayor accionista individual de Telefónica controlando nada menos que el 1,5% de su capital.

En total, Telefónica pagó 4.790 millones de euros a los accionistas de Endemol (De Mol y Van den Ende, que poseían el 28,18% y el 23,9% respectivamente, y otros minoritarios que tenían el 48,33% restante), mediante un canje de acciones a razón de 6,2 títulos de la operadora por cada uno de la productora. La operación fue negociada personalmente por Juan Villalonga, que había accedido a la presidencia de Telefónica por decisión del Gobierno tras la victoria electoral del Partido Popular, ya que la operadora estaba aún controlada mayoritariamente por el Estado.

La operación no tardó en suscitar recelos. El primero, el de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el máximo organismo de control de los mercados, que en una práctica poco habitual se sintió en la obligación de advertir sobre los riesgos de la compra. Su primer aviso fue que "Telefónica no ha recabado de un asesor externo informe alguno que justifique la ecuación de canje pactada para las acciones de Endemol y Telefónica".

El aviso no era baladí a juzgar por el aumento espectacular de la cotización de Endemol durante las negociaciones con Telefónica, que se supone que eran secretas. El precio pagado -158 euros por cada acción de Endemol- era un 60% superior al de la media de la cotización de los títulos de la productora en los tres meses anteriores a la realización del acuerdo (17 de marzo de 2000) y casi el triple que cuando comenzaron las negociaciones (3 de enero de 2000), como la propia CNMV se encargó de recalcar en el folleto de la operación de 1 de agosto.

La cuestión de si existió información privilegiada, es decir, de si hubo compras masivas de acciones por inversores que conocían las intenciones de Telefónica, es una de las que debe dilucidar el juez Garzón. El magistrado ha citado esta semana a los miembros del consejo de Telefónica cuando se hizo la operación. Entre los citados están Juan Villalonga, César Alierta (actual presidente de la operadora), Martín Velasco, Alberto Cortina, Pedro Ballvé, Ignacio Larracoechea, José Maldonado y Luis Martín Bustamante.

El asunto ha traspasado las fronteras puesto que también se investiga en Holanda, donde el ministerio fiscal estudia si el ex presidente de Philips, Cor Boonstra, hizo uso de información privilegiada en la compra de acciones de Endemol, días antes de que, el 17 de marzo de 2000, Telefónica anunciara que adquiría la productora. También se especula con el pago de fuertes comisiones de personas muy próximas al poder.

¿Cuánto se pagó de más?

Pero, ¿cuánto se pagó de más por una empresa cuyo máximo activo eran los formatos de programas y el talento creativo? Cuando De Mol cerró el trato con Villalonga dijo: "Ahora nos tenemos que poner a trabajar para demostrar que Endemol vale lo que ha pagado Telefónica por ella". Pero esa demostración no ha sido posible, porque la única forma objetiva de saberlo sería sacar a Bolsa la sociedad, una posibilidad que Telefónica barajó (e incluso anunció) pero que ha aplazado indefinidamente. Entretanto, Endemol ha crecido en España con la compra de Zeppelin y de Gestmusic, y con una cartera de programas que incluye Crónicas Marcianas, Operación Triunfo y Gran Hermano.

Otro de los aspectos por dilucidar es si Endemol vendió activos justo antes de que Telefónica cerrara la compra, causando un grave perjuicio a la compañía española. En concreto, se pone en duda la transparencia de la venta al grupo canadiense CanWest Entertainment de Endemol International Distribution, un filial propietaria de derechos sobre películas y series de televisión en EE UU. Según los portavoces de Endemol, dicha operación ya figuraba en el documento de oferta de Telefónica (el 30 de junio de 2000) donde consta que "Endemol está revisando actualmente su estrategia en relación con su actividad de distribución". Para los portavoces de Endemol esta frase debe ser interpretada como el aviso de que Endemol estaba planeando vender dicha actividad, basándose en que el negocio de la distribución implica fuertes inversiones para obtener los derechos, con un alto riesgo y bajos ingresos.

Según esta versión oficial, el 27 de julio de 2000 se anunció públicamente la venta a CanWest que se tenía que hacer efectiva el 1 de agosto (cuando Telefónica inscribió el folleto en la CNMV de la compra de Endemol), aunque "eventualmente el acuerdo se firmó a finales de agosto". Otros informes, en manos de la Fiscalía Anticorrupción, no concuerdan con esta versión y concluyen que la venta se ocultó en el folleto de Telefónica y que se vendió sin beneficio alguno.

John de Mol y Juan Villalonga, en Amsterdam, en marzo de 2000.EPA

John de Mol reparte entre los suyos un 'maná' de 100 millones de euros

JOHN DE MOL, presidente y "jefe creativo" de Endemol, fue el verdadero triunfador del acuerdo con Telefónica. Mientras que su socio Joop van den Ende dejó todos sus cargos y se dedicó a disfrutar de su fortuna, el amigo de Villalonga se aseguró potestades y prebendas envidiables.

Según el pacto firmado, De Mol tiene garantizada hasta el 31 de diciembre de 2005 la dirección del comité creativo, es decir, el que decide la línea de la productora. Actualmente depende orgánicamente de Telefónica Contenidos, pero en la práctica goza de una total independencia y dirige la empresa desde el pueblecito holandés de Hilversum, la sede de Endemol.

Como accionista, nadie sabe el capital exacto que posee de la operadora. Desde la filial de Telefónica se dice que no ha vendido ninguna acción, pero no se tiene esa misma idea en otras áreas de la empresa, que piensan que De Mol se ha deshecho de gran parte de los títulos que obtuvo en el canje y con importantísimas plusvalías. Su portavoz oficial se limita a señalar que ese tema no es objeto de comentario. El acuerdo con Telefónica le autorizaba a vender el 50% de las acciones en el mismo momento del canje y sólo le obligaba a mantener el 25% de los títulos durante un año y otro 25% durante dos años.

Pero, sin duda, la prerrogativa más llamativa es la que le otorgó Telefónica de repartir una prima de 100 millones de euros entre los directivos y empleados de Endemol, "según su criterio discrecional". Fuentes oficiales de Endemol confirmaron esta semana que dicha prima ha sido desembolsada en dos partes, en 2001 y 2002. Un buen pellizco.

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