"No podemos cruzarnos de brazos", dice el director de 'Egunkaria'

Martxelo Otamendi, director de Euskaldunon Egunkaria, clausurado por orden de la Audiencia Nacional, recibió ayer en Andoain (Guipúzcoa) una calurosa acogida de sus compañeros que vieron cómo la víspera aseguraba, visiblemente afectado a las puertas de la cárcel de Soto del Real, que había sido torturado por la Guardia Civil. Entre aplausos y abrazos, agradeció primero todas las muestras de apoyo recibidas, pero inmediatamente después realizó un llamamiento: "No podemos cruzarnos de brazos" contra la tortura, porque "si eso era malo en la época de Pinochet, es malo en 2003"....

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Martxelo Otamendi, director de Euskaldunon Egunkaria, clausurado por orden de la Audiencia Nacional, recibió ayer en Andoain (Guipúzcoa) una calurosa acogida de sus compañeros que vieron cómo la víspera aseguraba, visiblemente afectado a las puertas de la cárcel de Soto del Real, que había sido torturado por la Guardia Civil. Entre aplausos y abrazos, agradeció primero todas las muestras de apoyo recibidas, pero inmediatamente después realizó un llamamiento: "No podemos cruzarnos de brazos" contra la tortura, porque "si eso era malo en la época de Pinochet, es malo en 2003".

Otamendi mantuvo la denuncia sobre el presunto trato "vejatorio" al que habría sido sometido. "Nos han tratado como a ratas", relató entonces mientras explicaba que le habían "hecho la bolsa dos veces" y que a Joan Mari Torrealdai, "una figura en la cultura vasca, que no es nada sospechosa de connivencia con ETA", lo habían "molido a palos". Ayer, tras participar en una concentración de repulsa por el cierre del diario, insistió en lo mismo. "No es posible que fuerzas de fuera vengan a Euskal Herria, detengan a gente, la lleven fuera, la torturen y la vuelvan a dejar en la calle", dijo. "Es necesaria una mayor implicación de todos contra la tortura". Cerca había cientos de personas, representantes de EA, de Batasuna, del sindicato LAB y de otros medios que habían secundado la protesta.

Preocupación

La denuncia del director de Egunkaria, que solicitó la libertad de los encarcelados en esta operación y llamó a trabajar en común para que resurja "como el ave Fénix" un diario euskaldun, generó múltiples reacciones en el País Vasco. El vicario de San Sebastián, Patxi Azpitarte, llamó a la sociedad a movilizarse "ante la injusticia de la tortura", mientras la ararteko en funciones, Mertxe Agúndez, insistía en la necesidad de investigar los hechos, igual que el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe (PNV). El portavoz de la suspendida Batasuna, Arnaldo Otegi, fue más allá y llamó al Rey "jefe de los torturadores", al mismo tiempo que su grupo pedía en el Parlamento la comparecencia del lehendakari para explicar qué medidas adoptará para "defender los derechos humanos".

También se sucedieron las muestras de solidaridad con los trabajadores del rotativo. El Ayuntamiento de Bilbao y el consejo de EITB, la radiotelevisión vasca, pidieron la reapertura del diario, y la UPV, la universidad pública, mostró su preocupación por la medida. Gorka Landáburu, víctima de un atentado, consideró "inaceptable" el cierre del diario, pero expresó también su deseo de que la solidaridad mostrada ahora se hubiese plasmado ante las acciones terroristas.

El gerente de Egunkaria, Fermín Lazcano Pérez, abandonó ayer tarde la cárcel madrileña de Soto del Real después de que sus familiares abonasen la fianza de 12.000 euros impuesta por el juez.

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