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Mensajes peligrosos

ÚLTIMAMENTE se nos está bombardeando en todos los medios de comunicación con anuncios sobre melodías, logos y todo tipo de mejoras sonoras y visuales para el teléfono móvil. Ya casi no hay programa de televisión en el que no se nos incite a mandar un SMS (mensaje corto) expresando nuestras opiniones, o a descargar el logo o melodía de moda, previo pago de su importe.

Y esta cuestión del precio no es banal. Aunque es en letra muy pequeña y durante muy poco tiempo, se indica el coste de estos servicios. Y no son baratos, ya que, por ejemplo, mandar dos SMS a cualquier programa de la tele ...

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ÚLTIMAMENTE se nos está bombardeando en todos los medios de comunicación con anuncios sobre melodías, logos y todo tipo de mejoras sonoras y visuales para el teléfono móvil. Ya casi no hay programa de televisión en el que no se nos incite a mandar un SMS (mensaje corto) expresando nuestras opiniones, o a descargar el logo o melodía de moda, previo pago de su importe.

Y esta cuestión del precio no es banal. Aunque es en letra muy pequeña y durante muy poco tiempo, se indica el coste de estos servicios. Y no son baratos, ya que, por ejemplo, mandar dos SMS a cualquier programa de la tele y descargar una melodía y un logo puede llegar a costar más de 3,60 euros (unas 600 pesetas de las de antes).

Muchas empresas se han dado cuenta del filón que representa esta opción de envío de mensajes de menos de 160 caracteres, que nació como una opción de bajo perfil, y que se ha convertido en una de las estrellas con miles de posibilidades (el año pasado se enviaron más de 102 billones -con b- en todo el mundo).

A todo esto, se añade la proliferación de servicios de valor añadido que se ofrecen, como el chat por SMS. Si no se tiene control sobre los mensajes enviados, también la factura puede salir por un pico: enviar cada uno de estos mensajes supone un coste aproximado de 0,10 euros más darse de alta e impuestos. Votaciones, encuestas y todo tipo de variantes complementan la oferta.

Esto, para una persona adulta y responsable, no supone problema si sabe a qué atenerse. La cuestión se presenta cuando este despliegue se dirige a los más jóvenes, que cada vez acceden antes a estas tecnologías. Ya se ha hallado más de un caso de adicción a estos servicios y, aunque pueda parecer mentira, el quebranto económico que supone no es pequeño.

Una solución pasaría por poder bloquear, por parte del titular de la línea, el envío de este tipo de mensajes, como se realiza con las líneas 900 (los famosos 906 y 903 para servicios de entretenimiento, y 905 para televoto...). Los códigos éticos aprobados para las líneas 900 (futuras líneas 800) no se aplican, en principio, a los mensajes mandados a números cortos de 4 dígitos, con lo que se pierden las ventajas de protección al consumidor como el bloqueo de este tipo de números. En el caso de los SMS y dependiendo de la operadora, si se bloquea el envío de mensajes cortos, se hace para todos ellos. Esto es, para esa línea la opción de Enviar mensajes SMS no estaría disponible. En el otro extremo, otras operadoras no tienen prevista la posibilidad de denegar el envío de SMS. Por lo tanto, lo mejor es ponerse en contacto con la empresa que nos presta el servicio y ver qué opciones ofrece para resolver este problema.

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