Halffter, De Pablo y García Abril reivindican la figura de Bernaola

Su '3ª sinfonía' servirá de homenaje al músico mañana en Madrid

Un músico austero, único, arriesgado, ecléctico y contradictorio era Carmelo Bernaola (Otxandiano, Vizcaya, 1929-Madrid, 2002). Un músico que huía de la pompa y no se tomaba demasiado en serio a sí mismo, aunque sí le gustaba ser reivindicado por los demás, justo como ocurrió ayer por tres de sus compañeros de generación, Cristóbal Halffter, Luis de Pablo y Antón García Abril, los del 51, y por dos discípulos suyos, Zulema de la Cruz y Jacobo Durán Lóriga, con motivo del homenaje que se celebrará mañana en el Auditorio Nacional -a las 22.30-, en el que se oirán sus obras Superficies y l...

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Un músico austero, único, arriesgado, ecléctico y contradictorio era Carmelo Bernaola (Otxandiano, Vizcaya, 1929-Madrid, 2002). Un músico que huía de la pompa y no se tomaba demasiado en serio a sí mismo, aunque sí le gustaba ser reivindicado por los demás, justo como ocurrió ayer por tres de sus compañeros de generación, Cristóbal Halffter, Luis de Pablo y Antón García Abril, los del 51, y por dos discípulos suyos, Zulema de la Cruz y Jacobo Durán Lóriga, con motivo del homenaje que se celebrará mañana en el Auditorio Nacional -a las 22.30-, en el que se oirán sus obras Superficies y la Tercera sinfonía, dirigida por José Ramón Encinar al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid. Será dentro del ciclo Música Hoy, que organiza Xavier Güell y patrocinan EL PAÍS y la Fundación Cajamadrid. "Carmelo poseía una personalidad acusadísima y su gran aportación a la música fue la austeridad. Odiaba los floripondios y el ornamento. Su música es como una radiografía", aseguraba Luis de Pablo.

Halffter no puede juzgarlo con perspectiva: "Tendrán que pasar 50 años para conocer sus aportaciones. Las hay, muchas, y algunas geniales, pero yo no lo puedo juzgar ahora, porque todavía lo tengo muy presente", dijo Halffter. "El creador está integrado en su música, inseparable de su persona, y hablamos de alguien que tenía gran sentido del humor y muchas contradicciones", dijo García Abril.

Zulema de la Cruz y Durán Lóriga hablaron de su faceta de impulsor de los jóvenes. "Ha marcado a las nuevas generaciones y nos ha animado a seguir adelante, nunca te aburrías en sus clases ni dejabas de aprender y empujaba de forma peculiar. A mí me decía: ¡Zulema, compones con dos cojones!". Era su forma de ver la vida. "Ochandianesca", según Jacobo Durán. Es decir, propia de los de su pueblo, con franqueza. "Era fácil trabajar con él. Siempre sabías lo que pensaba", dijo el joven creador.

De izquierda a derecha, Cristóbal Halffter, Luis de Pablo y Antón García Abril.MANUEL ESCALERA
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