La SEPI exige al comprador de ENA que no segregue el grupo

El nuevo dueño del grupo Empresa Nacional de Autopistas (ENA) tendrá que mantener durante cinco años cohesionado el grupo y no desgajar compañías, mantener la totalidad de la plantilla (compuesta por 634 personas), así como los recursos propios y la sede social del grupo. Éstas son las cuatro condiciones que exige en el cuaderno de venta la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que controla la empresa pública y que se halla en pleno periodo de venta por el procedimiento de concurso-subasta. Para comprar ENA han presentado su documentación una veintena de aspirantes que forman...

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El nuevo dueño del grupo Empresa Nacional de Autopistas (ENA) tendrá que mantener durante cinco años cohesionado el grupo y no desgajar compañías, mantener la totalidad de la plantilla (compuesta por 634 personas), así como los recursos propios y la sede social del grupo. Éstas son las cuatro condiciones que exige en el cuaderno de venta la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que controla la empresa pública y que se halla en pleno periodo de venta por el procedimiento de concurso-subasta. Para comprar ENA han presentado su documentación una veintena de aspirantes que forman 11 consorcios.

La pasada semana, la SEPI envió el cuaderno de ventas a los aspirantes a controlar el único grupo público en el sector de la explotación de autopistas y por el que el Estado pretende ingresar unos 1.200 millones de pesetas, aunque el grupo público, que preside José Miguel Ortí Bordás, no ha hablado de cantidad alguna de forma oficial.

Las ventas anuales de ENA ascienden a 160 millones de euros y los beneficios brutos a 70 millones de euros. Los fondos propios de la empresa ascienden a 994 millones de euros y la deuda es de 1.259 millones de euros.

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